OCHO

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Yoongi tomó mi cabeza antes de alejarse. El Yoongi que recordaba estaba ahí, mirándome como si fuera una insecta. Tal como recordaba, puso una mueca en su rostro. No le gustaba el contacto físico. —Lo siento, olvidé que odiabas los abrazos.

Yoongi una vez contó que nadie debía tocarlo si es que no quería morir a golpes. Al inicio pensábamos que era porque realmente quería imponer su miedo a todos, pero en realidad era porque había sido a causa de su madre. Su madre solía ser muy afectiva con él, siempre tomándole de la mano, dándole besitos en la mejilla, abrazándolo cuando podía. A Yoongi le gustaba hacer méritos para lograr el cariño de su madre y lo hacía, con todas sus fuerzas, entonces cuando su madre falleció, Yoongi ya no quería nada más. Incluso cuando alguien tocaba su cabeza o una mínima parte de él él se enojaría. Se podía haber tomado como un síntoma post traumático, pero sabía, por Namjoon, que no era así. Simplemente Yoongi se había acostumbrado a que no le tocaran, pero a la vez permitía ser tocado por personas cercanas, tal como Hoseok cuando le daba abrazos masculinos, como había visto en la sala, u otros.

—Menos mal que eres consciente de eso, Nami. — su voz ronca sonó fuerte en mis oídos, apesar que estaba muy lejos de ellos. Me levanté del suelo y regresé a la cama, sintiéndome torpe. Cogí el único peluche que había traído entre mis cosas. Era un cerdito mediano que Jungkook me había regalado hacia unos meses, no podía dormir sin él desde el accidente.

—¿Él fue cremado?—Yoongi titubeó al hacer esa pregunta. Por alguna razón sentía un peso menos encima al contarle aquello. Solo había sido menos de dos minutos, raro, pero me sentía bien después de eso. Negué. Tenía su sepultura al rededor de nuestros abuelos. Era la más limpia cuando fui por última vez, viendo como nadie visitaba ese sitio. Tenía que llenarle de flores de vez en cuando, pero ¿Ahora quién lo haría? Supongo que cuando volviera a Gwangju por unos días, iría a visitar a Namjoon y limpiar su sitio. Normalmente lo hacía cuando él estaba vivo, siempre le limpiaba la habitación con la condición que él hiciera las compras o tendiera la ropa. Era un buen trato, además estaba acostumbrada, así que cada vez que limpié su tumba en esos cuatro meses fue inevitable no recordar los gritos que le decía por dejar sus revistas, papeles, envolturas de comida por doquier. Parecía como si el destino también supiese que yo siempre limpiaría su sitio, pero no sabía que limpiaría algún día su tumba.

Negué y le vi suspirando una vez más. —Quiero visitarlo algún día cuando vuelva a Gwangju.

Las palabras de Yoongi me parecieron puras y las más sencillas del mundo. Asentí, él necesitaba despedirse de Namjoon de cierta manera. —No puedo creerlo Nami, hace unos meses hablamos y quedamos para encontrarnos en estas vacaciones, pero él nunca respondió de vuelta a mis mensajes. Pensé inclusive que perdió su móvil, pero no imaginé esto.

Escuchar sus palabras y como podía sentir su frustración nacer me hizo preguntar ¿Así lucía yo? Talvez así o incluso más. No supe que decir así que me encogí de hombros. Alguien tocó la puerta de la habitación, así que me levanté sintiendo a Yoongi levantarse también. Abrí la puerta y observé a Miyeon mirarme de pies a cabeza, luego atrás de mí.

—¿Amor vamos ya?

¿Amor? Debió haberme sorprendido tanto que me quedé estática. Giré como robot cuando Yoongi cruzó la puerta. —Gracias por decírmelo, Nami.

Yoongi me dijo mientras me miraba. Miyeon frunció el ceño. Quizá le preguntaría, pero confiaba en que Yoongi no diría nada. Me despedí de ambos, aunque Miyeon me miraba serio, y cerré la puerta de mi habitación. Suspiré. No había sido tan malo contarle eso a Yoongi.

•••••

Joohyeok me entregó los papeles cuando estos se me habían caído al final del pasillo antes de tomar asiento. Él era un muchacho demasiado alto, delgado pero de contextura firme, con una sonrisa que podía hacer caer a cualquiera. Le agradecí y seguí caminando, pude escuchar las burlas de los demás compañeros por  un fracaso. Sabía a qué se referían. Llevaban casi una semana tratando de emparejarme con el muchacho apesar que había dicho, desde el inicio, que tenía novio. Incluso creían que mentía apesar de mostrar pruebas de que Jungkook existía. Simplemente a veces no parecían querer admitir aquello. Go eun simplemente sonrió cuando me senté a su lado. —No puedo creer que no le hagas caso, él es muy guapo.

Screaming + myg + jjk ✔️On viuen les histories. Descobreix ara