마흔아섯 💜

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Haneul

Cuando llegamos al hospital metieron a Hoseok a una sala para poder revisarlo, nosotros nos quedamos en la sala de espera

Pasaron varios minutos y vimos llegar a mi mamá, al señor Jung y a la amiga esa de Tae. Se veían cansados y preocupados, todos corrieron hacia nosotros

Mi mamá se lanzó a abrazarme y ambas empezamos a llorar, me dolía saber que seguro ya sabía lo de papá. Él nos engañó todo este tiempo haciéndonos creer que era una buena persona pero era todo lo contrario

—Me alegra que estés bien— dijo el señor Jung abrazandome.

—Muchas gracias, todo es gracias a sus hijos

—Hoseok me salvó — agregó Tae abrazando a su papá.

—Sabía que él no era una mala persona— respondió él acariciando la espalda de Tae.

—¿Pero como esta Hoseok? ¿Por que nadie nos dice nada? Tae, no quiero que le pase nada— hablo la chica entre lágrima mientras se lanzaba a los brazos de Tae. Aun no lograba entender porque ella lloraba por Hoseok.

—Tranquila, él estará bien — respondió Tae tratando de tranquilizarla.

—Perdón — se separo de Tae y secó sus lágrimas para dirigir su vista a mi— Hola, soy Yenmin — tanto tiempo y hasta ahorita conozco su nombre.

—Mucho gusto soy Haneul— extendi mi mano y ella de inmediato correspondió a mi saludo.

—Ya lo sabia. Aunque no lo creas sé mucho de ti — sonrió y yo le devolví la sonrisa sin saber que decir, seguro Tae le había contado algo sobre mi o que se yo.

Cuando iba a responderle a la chica el doctor apareció llamando la atención de todos

—¿Que pasó doctor? ¿Como esta mi hijo? — preguntó el señor Jung.

—Él esta bien, es un chico muy fuerte. Por dicha la bala no tocó ningún órgano, tuvimos que extraer la bala por lo que él esta algo débil. Lo sedamos para que pueda descansar un poco, si quieren pueden pasar a verlo cuando despierte

—Muchas gracias doctor — respondió el señor Jung haciendo una reverencia.

—De nada— agregó en doctor para luego irse de ahí.

En ese momento todos respiramos aliviados, todo había salido bien y Hoseok no estaba en riesgo.

—Ven aquí— dijo Tae lanzándose a abrazarme —Te amo— susurro mientras me abrazaba fuerte.

—Ay tonto— di pequeños golpes en su espalda —También te amo— llore hundiendo mi cara en su cuello.

Hace tanto le quería decir que lo amaba pero el sentimiento de rencor no me dejaba, pero siempre lo amé y lo amaré a pesar de todo

Por mas que intenté odiarlo y hacerme creer que podía olvidar todo lo que sentía, no pude, siempre terminaba amándolo mas

—Perdóname — susurro sin dejar de abrazarme.

—Solo olvidemos todo — respondí.

—¡Te amo! ¡Te amo! — dijo sujetando mi cara entre sus manos — Jamás dejé de amarte — me besó.

—Lamento interrumpirlos pero dijeron que Hoseok probablemente no despierte ahorita así que creó que beberían ir a su casa— hablo Yenmin sonriéndonos.

—Tienes razón— respondió Tae.

—Vamos— dije tomando de la mano a Tae.

Antes de irme me despedí del señor Jung y mi mamá también regresó a su casa, pero yo se que no ira a casa seguro ira a ver a papá. Por mi parte yo no quiero saber nada de él

Tae y yo tomamos un taxi hasta nuestra casa. Yo necesitaba un baño al igual que Tae ya que él andaba algo de sangre en su camisa

El taxi nos dejó frente a la casa y ambos entramos, jamás me dio tanto gusto llegar a nuestra casa, esta vez sentía una gran felicidad saber que estoy con él a como me quisimos cuando eramos niños

Abrí la puerta de la habitación y detrás de mi venia Tae y cuando me di cuenta lo tenia abrazandome por la espalda poniendo su cabeza en mi hombro

—No sabes cuanto temía por no volverte a ver

—Lo mismo me pasó, tenía miedo de no poderte decir todo lo que siento por ti

—Te amo— dije girandome para quedar frente a frente.

—Yo te amo muchísimo mas mi Taetae— empecé a dar muchos besos por todo su rostro.

—Ven— se separó de mi y me tomó del brazo llevándome hasta la regadera, ya me imaginaba cuales eran sus planes.

Nos quedamos de pie junto a esta y él empezó besarme apasionadamente, tomó el tirante de mi cabeza y lo bajó lentamente por mis hombros recorriendo mis brazos con sus manos.

Yo quité su camisa dejando al descubierto su abdomen que acaricié lentamente, sentir su piel me encantaba

Cuando ambos nos despredimos completamente de nuestra ropa, entramos a la ducha dejando que el agua mojara nuestros cuerpos.

Tae recorría cada parte de mi cuerpo provocandome la mejor sensación del mundo. Luego me cargó haciendo que entrelazara mis piernas en su cintura y empezó a bajar sus besos hasta mi cuello haciendo que diera leves gemidos

Apagó la regadera y me llevó hasta la cama donde me acostó suavemente, empezando a besar todo mi cuerpo.

No podía controlar mis gemidos, estaba completamente excitada y lo que mas quería era sentirlo dentro de mi 

—Tae— susurré entre gemidos tomando las sabanas fuertemente.

—Silencio mi amor— dijo para empezar a besarme, mientras masajeaba mi zona intimida con su mano.

Placer, eso era poco comparado con lo que me hacia sentir Tae, él me estaba haciendo disfrutar como jamás pensé

Sus besos recorriendo mi piel me hacían desearlo inmensamente, quería poder sentirlo y llegar al orgasmo con él

Y él lo sabía pues empezó a introducir su miembro dentro de mi lentamente, no era la primera vez que teníamos relaciones pero él seguía tratandome como si no quisiera lastimarme

Cuando ya había alcanzado el limite empezó a embestirme lento haciendo que mis gemidos se escucharan por toda la casa

Luego aumento la velocidad de sus embestidas. Ambos gemiamos y gemiamos, en esa habitación no se escuchaba nada más que nosotros dos siendo uno solo

Pasaron varios minutos y ambos llegamos al orgasmo quedando tendidos en la cama tratando de recuperar el aliento perdido

—Te amo— susurro con su respiración agitada haciendo que su voz sonara aun mas sexy.

—¡Te amo!— grité abrazándolo.

—Mi pequeña modelo insolente—besó mi frente mientras rodeaba mi cintura con sus manos.

—¿Recuerdas que te dije que serías el primero en recibir un autógrafo si yo lo lograba?— pregunté viéndolo fijo.

—Jamás lo olvidé — sonrió.

—Pues nunca he dado un autógrafo porque quería que tú fueras el primero— sonrei tiernamente haciendo que él también sonriera.

—Te amo— dijo abrazándome fuerte.

—Jamás me cansaré de decirte que también te amo—le di un pequeño beso.



















𝙀𝙡 𝙥𝙧𝙚𝙘𝙞𝙤 𝙙𝙚𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧Where stories live. Discover now