《E》Después de las 12:30

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Habían entrado a la habitación en silencio, con cuidado de no hacer ningún ruido pues en el cuarto vecino estaba durmiendo el tío del castaño. Las manos de ambos estaban entrelazadas, lentamente entraron al cuarto del castaño donde el rubio ya no podía más, con un simple movimiento acorraló al menor contra la puerta mientras un beso agresivo pero cargado de sentimientos puros eran dados.

El castaño dejo escapar un suspiro, amaba aquellos labios mientras sus respiraciones se cruzaban, con suavidad abrió sus ojos para admirar al chico frente a él, su visión estaba ligeramente nublada, su cuerpo comenzaba a sentirse caliente, sino detenían aquel beso todo terminaría mal para su espalda; con suavidad y gracias a la ausencia del aire logro separarse de su opresor; los ojos chocolate y los dorados se cruzaron, ambos tenían un brillo reflejado, sabían que debían detenerse pero no querían, sus cuerpos pedían el calor del otro.

Suavemente el rubio poso su mano izquierda en la mejilla del castaño, con suavidad la acaricio mientras recuperaban el aliento que habían perdido, una sonrisa se dibujo en su rostro para besar la frente del chico, quito unos cuantos mechones y observo aquella particular marca de nacimiento.

-sinceramente tienes una marca de nacimiento tan hermosa.

-solo tu piensas eso. -haciendo un ligero puchero. -es rara como yo.

-pequeño Pino, no eres raro. -mirando aquella delicada silueta que la luz de la luna alumbraba. -tú eres alguien especial, tan especial que ni tú mismo te das cuenta de ello.

-Bill... tengo miedo.

-no te haré nada que no quieras.

-no me refiero a eso... -moviéndose con agilidad para abrazar fuertemente al rubio. -no quiero perderte...

Silencio, eso es lo que nuevamente reino en aquella oscura habitación. Bill suavemente acaricio los cabellos castaños mientras apreciaba aquel calor que el pequeño le daba, él igual tenia miedo pero debía mantenerse fuerte, sabia que Dipper igualmente era una persona fuerte pero si él caía entonces el castaño lo seguiría y no queria verlo triste, queria que ambos pasaran aquel tiempo juntos como debía ser; un pequeño suspiro melancólico se escapo de sus labios, lentamente rompió aquel abrazo para mirar a Dipper a los ojos nuevamente.

-pase lo que pase debemos ser fuerte, Dipper.

Un ligero escalofrió recorrió su espina dorsal al escucharlo llamar por su nombre, para Dipper que Bill le llamara por su nombre significaba que era serio, sabia que solo le causaba dolor al rubio con sus palabras, lo podia notar en aquellos hermosos ojos dorados; bien habia un dicho que decía "los ojos son la ventana del alma."

-Bill. -casi susurrando al llevar sus manos alrededor del cuello de mencionado. -Déjame ser tuyo esta noche.

Un fuerte rubor adorno su cara, estaba seguro que si la luz estuviera encendida Bill solo se burlaría de aquello, pero estaba equivocado al pensar que el rubio no podia verlo del todo bien, la luz de la luna traspasaba las delgadas cortinas dejando al rubio apreciar aquel hermoso rubor en su pareja, una pequeña sonrisa adorno su rostro y volvió a besar a Dipper, esta vez tomo su pequeño cuerpo en brazos mientras lo apegaba más al suyo, el castaño en redo sus piernas en el dorso de este mientras profundizaba el beso, lentamente el beso fue haciéndose cada vez más intento mientras la boca del castaño se abría, Bill aprovecho para introducir su lengua y explorar aquella boca, los besos franceses no eran común en ellos, no cuando ambos sabían que Bill se apoderaría de su presa sin nada que lo impidiera, pero hoy el castaño le habia pedido ser el platillo principal, hoy Bill tenia la aprobación de su pequeño ángel.

Un suspiro por parte del ajeno lo saco de sus pensamientos, sus orbes dorados se posaron el cuerpo del ajeno, no se habia dado cuenta cuando habian acabado en la cama, el castaño estaba agitado con la ropa desarreglada debajo de su cuerpo, aquella escena solo provoco que el problema que se hallaba en sus pantalones creciera, se maldijo por dentro al ser tan débil ante aquel chico; con suavidad se fue deshaciendo lentamente de la ropa del menor mientras plantaba besos y caricias en el mencionado, el chico trataba de ahogar aquellos gemidos que querían escaparse, no debían hacer ruido o Ford despertaría, pero no podía evitarlo si seguían así, en serio ese tipo estúpido que tenía como pareja lo volvía loco en todos los sentidos y eso era lo que amaba.

Después de 3000 años.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora