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HASTA QUE ME OLVIDE DE TI
Por Ami Mercury


V


Hace mucho frío. Niels camina solo por la calle, con las manos en los bolsillos y el cuello de la chaqueta alzado para protegerse del viento gélido. Sus pasos resuenan en la oscuridad de la noche. La sed es insoportable.

El eco de unos zapatos sobre la acera viaja hacia su espalda. Echa a correr. Le persiguen, quieren alcanzarle. Su respiración se condensa en vaho al abandonar sus labios. El corazón le vuelve a latir.

El callejón se abre ante él. Al girarse, no hay salida.

Deseas hacerlo —dice una voz frente a él.

Solo hay negrura a su alrededor pero él ve las formas nítidas. Los coches, el contenedor, las farolas que no se encienden.

¿Quieres vivir?

El vampiro le sonríe con desdén. Le coge el hombro y le empuja con fuerza hasta hacerle chocar contra la pared, como aquella noche. Muestra una hilera de dientes blancos y dos colmillos puntiagudos.

Sabes que deseas hacerlo.

¿Qué desea hacer? No; no lo sabe. Pero sí, lo desea. Con todas sus fuerzas. Con todo su ser. Su vida podría depender de ello.

Su sangre sabe deliciosa. Mana a borbotones desde el cuello, donde Niels clava los dientes sin piedad. Es dulce, está caliente y le llena el alma. ¿Acaso tiene alma?

Sí, eso es lo que desea. Su vida.

Sus manos se manchan de sangre. Mana a borbotones desde el pecho, donde Niels clava un puñal sin piedad. Es dulce, está caliente y le llena el alma.

Olsen exhala su último aliento.

~*~

—¡¡No!!

Se incorporó. Miró a su alrededor y comprendió que no había sido más que un sueño. Una pesadilla. Tan real que aún podía sentir el tacto denso de la sangre en las manos. Se agarró el pecho: el corazón le latía con fuerza y todo daba vueltas. Tras las cortinas, se filtraba la luz del sol.

Niels gimió. Apenas podía moverse, no tenía fuerzas ni para mantenerse sentado. Fue la adrenalina la que le impulsó a levantar el cuerpo; ahora volvía a caer con todo su peso sobre la almohada. Tenía la respiración agitada. Debía alimentarse. Ni siquiera se lo había planteado antes pero ahora lo veía como algo tan básico como el respirar.

Era irónico darse cuenta cuando no podía ponerse en pie.

Se preguntó entonces si podía morir. Todas esas leyendas acerca de la inmortalidad, ¿acaso serían ciertas? ¿Qué ocurriría si se quedaba allí, en la cama, dejando pasar el tiempo? ¿Llegaría su corazón a dejar de latir por completo? ¿Se le necrosaría el cuerpo cuando la poca sangre que le quedaba dejara de fluir? ¿O, por el contrario, permanecería intacto en un letargo eterno?

Cerró los ojos y se dejó mecer de nuevo por la inconsciencia. Podía llegar a abrazarla, recibirla como una amiga. Como una amante.

—¿Niels?

Su voz, esa profundamente masculina, algo rasposa y grave, le atravesó los oídos y llegó directa a su cerebro. Casi pudo ver, como en una película, la forma en que la presencia de Olsen le activaba los sentidos uno por uno. Solo hacía un minuto que yacía casi sin fuerzas y dispuesto a dejarse mecer por una oscuridad eterna. Ahora, con el olor de Olsen aferrado a su piel, ansiaba la vida por encima de todo.

Hasta que me olvide de ti (#LatinoAwards2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora