XII (Parte 1)

225 28 44
                                    

HASTA QUE ME OLVIDE DE TI
Por Ami Mercury


XII

Niels sentía que todas las miradas recalaban en su persona y le estudiaban como si fuera un bicho raro. Y no podía negar que se sentía cohibido por ello, pero disimulaba lo mejor que podía.

Ocupaba un grueso cojín en el suelo y apoyaba los codos en la mesa baja. Los demás, a su alrededor, habían elegido diferentes emplazamientos y toda la reunión era presidida por Hela y Sissel, que estaban sentadas en el sofá justo frente a él. Viktor, sobre otro cojín, estaba a su lado.

Se había visto obligado a revivir, una vez más, toda la historia de Olsen durante los últimos minutos al volver a contarla en presencia de quienes no estaban la primera vez, así que le volvía a doler el corazón y se sentía embargado por un fuerte desasosiego. En esta ocasión, por suerte, se encontraba un poco mejor que en la anterior, y es que se había alimentado justo antes de que comenzara aquella especie de asamblea.

Tras la primera toma de contacto el día anterior, Viktor le había aconsejado que pasara otra noche fuera. Según le explicó, todas las decisiones importantes las tomaban en común, y nada se llevaba a cabo si antes, como mínimo, no estaban enterados todos los integrantes de su, como él les llamaba, «pequeña familia». No carecía de cierta ironía que llamara así a un grupo de personas que luchaban contra el sistema y actuaban sin respetar la ley. Cualquiera que ignorara la verdadera situación podía tacharles como «malos» y, sin embargo, Niels pensaba que esa etiqueta no podía estar más lejos de la realidad.

En su rato de charla con ellos, había descubierto a Sissel como una mujer tierna, amable y empática. Su esposa, que no se quedaba atrás, demostró ser paciente con él y, a pesar de las sospechas que aún en ese momento levantaba, le había dado tiempo de sobra para recomponerse cuando los recuerdos más dolían. También Oskar y Ronja le escucharon con atención y hasta Berdon, que era el que más desconfiaba de él, se esforzó en su beneficio. Respecto a Sigurd y Viktor, no podían portarse mejor. Niels había acudido al segundo en busca de ayuda y, si bien este demostró una reticencia más que lógica, ahora le defendía ante sus amigos como el mejor de los abogados.

—¿Estás mejor? —le preguntó tras unos minutos de silencio.

Niels escondía el rostro entre las manos porque no quería que los demás vieran las lágrimas que derramaba. Era inútil: todos se habían dado cuenta y también sabían lo incontrolables que se volvían las emociones al principio. Tan solo Sigurd no había experimentado un estado parecido, pero sí que lo había presenciado en Viktor.

Niels asintió. Se secó los pómulos con disimulo y alzó de nuevo la vista. Frente a él, Hela y Sissel se miraban la una a la otra, y Niels estuvo seguro de que usaban cierta comunicación no verbal. Nada sobrenatural: solo el entendimiento de quien lleva muchos años junto a su pareja.

—Tienes que entender —comenzó Hela al cabo— que intento ayudar a cualquier vampiro en apuros, pero tu caso es especial.

Niels asintió con la cabeza.

—Tu amante ha conseguido él solito que tengamos miedo de verdad. Antes de que él llegara, el apoyo que nos brindamos los unos a los otros lograba mantenernos relativamente a salvo, pero Setenta... Olsen se ha convertido en una amenaza. No exagero cuando digo que todos hemos conocido a alguna de sus víctimas o, como mínimo, hemos oído hablar de ellas. Comprenderás que no despierte simpatías.

—Eso sería quedarse corto —añadió Berdon, que bufó al recibir una mirada de advertencia por parte de Hela—. ¿Para qué suavizar las cosas? La mayoría de los nuestros acabaría con él solo por hacer lo que hace y una buena parte de estos lo haría despacio, para que sufriera lo máximo posible antes de palmarla. Ni siquiera ahora puedo asegurarte que, si le viéramos aparecer por esa puerta, continuara con vida mucho más tiempo.

Hasta que me olvide de ti (#LatinoAwards2020)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora