Capítulo 27.

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     El cielo permanecía gris como todos estábamos acostumbrados a verlo, había corrientes de viento que surcaban por los alrededores arrebatando el poco calor que cada cuerpo podía hacer bajos gruesos ropajes para resguardarse del frío que estaba presente desde muy temprano por la mañana hasta muy tarde por la noche.

Se cumplía un par de días desde que Ubbe se había marchado con la promesa de volvernos a ver en cualquier otro momento, que no lucía como un futuro cercano por ahora.

Gisli se movía de un lado a otro, cambiaba rápidamente de entre los puestos de los vendedores deleitándose con ellos, haciendo cientos de preguntas llegando a ser abrumante para después despedirse y caminar a otro lugar. No me sorprendía, después de todo mi hermana siempre había tenido esa personalidad inquieta. Y Niels caminaba a mi lado con una canasta colgado de sus hombros donde acarreaba los alimentos más pesados y que no cabían en el interior de la pequeña canasta de mimbre que yo llevaba en mis manos, él era un tipo más reservado, a veces hasta coqueto con las mujeres, pero era un buen hombre, muy semejante a mi padre.

Llevábamos un tiempo caminando por la plaza de comercio para llevar todo lo que nuestros padres nos habían pedido, pero fue inevitable no sentir como la boca se me hacía agua cuando unas fresas rojas y brillantes aparecieron delante de mí. Me acerqué hasta el lugar mientras Niels se aseguraba de vigilar a Gisli.

—Kattegat seguirá en juego después de la reunión, sea cuál sea el resultado que le den a conocer al resto. —mi atención recayó sobre la conversación de unos hombres que se encargaba de limpiar las pieles de animales cazados, muy cerca de mi posición, por lo que fingí estar interesada en las fresas para poder oír mejor. —Los herederos lucharán por la corona hasta que sólo quede uno de ellos.

—¿Para qué es útil esa reunión de la que todo el mundo habla?

—Los líderes intentarán llegar a un acuerdo. —era un anciano respondiendo las preguntas de un joven. —Es la unión de sus ejércitos o una guerra.

Otro hombre intervino tras oírlo decir aquello, estaba junto a ellos oyendo todo lo que hablaban al igual que yo. —Es difícil deducir quién vencerá, después de todo sus ejércitos están bien preparados.

—¿Alguno de ustedes sabe cuándo se llevará a cabo esa reunión? —preguntó el joven haciendo la misma pregunta que había en mi cabeza. Posé mi dedo índice sobre mis labios cuando Niels se acercó con expresión malhumorada –seguramente porque estaba tardando demasiado- al rato de que me moviera lentamente por los puestos de los alrededores de los hombres.

—En la próxima luna llena. —no era necesario oír más por lo que comencé a caminar de regreso a casa, oyendo lo último que tenían por decir. —Una semana.

—¿Te preocupa lo que sucederá allí, o lo hace lo que pueda pasar con el deshuesado? —la pregunta de mi hermano me tomó por sorpresa poco tiempo después de que comenzáramos a cruzar nuestras tierras para estar cada vez más cerca de casa.

Mis mejillas se sonrojaron, pero intenté ocultarlas con mi cabello. —Sólo estoy interesada en lo que pueda pasar.

Niels carcajeó. —¿por qué no dejas de fingir y aceptas que mueres por saber lo que pasa con él.

—Deberías ver el lado bueno y apoyarlo a él. —Gisli apareció repentinamente entre nosotros dos provocando un pequeño susto en mí. La miré sin entender a lo que se refería ya que su mente comprendía las cosas de diferente forma que la de los demás.

—¿Cuál es la do bueno? Porque yo no puedo verlo.

—Él se transformará en rey, querrá venir a buscarte, y te llevará para hacerte la reina. —estar en la corona no me interesaba, pero mi corazón dio un salto cuando imaginé a Ivar viniendo hasta Hedeby sólo para buscarme como esperé que hiciera los primeros días tras su llegada.

GOLDEN CROWNWhere stories live. Discover now