Dacrifília

Capítulo 6: Chispa

Siento haber tardado casi una semana... he tenido unos dias algo durillos y ajetreados pero.. ¡aquí estoy! voy a tener a partir de ahora más tiempo y prometo subir mucho más en este fin de semana. ¡Disfruten! Se pone interesante....

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Estaba siendo una tarde de locos. ¿Pero de donde había salido tanta gente? Si, era viernes, pero.. joder, que normalmente a las 5-6 de la tarde La Gramola está muerta, y no daba a basto con sólo dos manos. Estaba algo estresada, corriendo de un lado a otro, no sé en que momento habia decidido que sería buena idea trabajar un viernes por la tarde. ¡Todo por tener libre el sábado! Había quedado con una amiga para hacer la actividad cultural del año, después de año y medio esperando la gira del CIRCO DE LOS HORRORES, al fin habían decidido pasar por Valencia con su show. Habíamos pillado las entradas hacía al menos dos meses, nunca dejará de encantarme.

-Alba por Dios, ¿En que pensabas? -fruncí el ceño, saliendo de mis pensamientos para prestar atención a lo que habia hecho de forma tan automática que me estaba llevando la 'bronca' de mi jefe.- Primero me llegas tarde, y ahora le pones una pinta de Paulaner a un menor?

-Joder, perdón. Le he preguntado como dos veces y me ha dicho que era mayor de edad, no lleva DNI pero me ha enseñado el carné de universitario. -encogí los hombros, dejando ver a Rodri que realmente no entendía donde estaba el problema, pero aún así, recogí la pinta para dejarla a un lado dentro de la barra.

-Es el hijo de la vecina, todos los días lo intenta con alguien. ¿De verdad no te acuerdas? El otro día lo echaste tú.

-Lo siento, de veras, llevo todo el día corriendo y nisiquiera me había dado cuenta.

Le dediqué al muchacho una mirada fulminante mientras recolocaba unos mechones detrás de mis orejas, poniendo en jarra mis brazos para hacerle un gesto con la cabeza de que se fuese, no rechistó, pero al salir por la puerta, me hizo una peineta mientras salía por la puerta, enseñándome su dedo corazón poco cuidado, con las uñas muy mordidas. Negué con la cabeza, recondandome a mi misma que aún me quedaban unas horas y necesitaba espabilarme o me ganaría un viajito pronto a casa sin vuelta, mientras, sacaba lo limpio del lavavajillas.

Aún eran las 9 cuando decidí ir al baño para no mearme encima. Una hora me quedaba para ser libre, ya estaba pensando en comprarme una pizza familiar florentina del Telepi para mi sola, además de que estaba deseando llegar a casa para ponerme el último capitulo de la serie de turno que estaba viendo. Natalia no había vuelto a ocupar mis pensamientos, además de que realmente no tenía tiempo físico para ello; de todas formas me había dado pena la forma en la que la había dejado en el metro.

El resto del tiempo transcurrió mas tranquilo, básicamente porque mi jefe me mandó a ordenar el almacen. El cual, daba igual lo bien posicionado que estuviese, o que cada producto tuviese su hueco exacto, marcado y rotulado para no perderte a la hora de buscar algo; media hora después estaría igual de mal que una leonera, por lo que me permití acabar unos minutos antes para salir a fumarme un cigarro con mi compañero Ben, el chico más guapo y el mejor bailarín de danza de toda la Comunidad Valencia.

-Vamos Ben, tu sabes como yo que eres capaz... -lo notaba alicaído, volvía a contarme que una vez más no le había salido bien la audición, llevaba al menos tres años presentandose y siempre acababa mal, lo peor era que el mismo se ponía las trabas y se porfiaba el trabajo casi sin darse cuenta.- La próxima será la vencida.