Dacrifília

Capítulo 20: Dacrifília

POV ALBA

Después de una larga charla con Natalia en la que me había sincerado más de lo que me hubiese gustado y tras la cena, nos habíamos sentado en el sofá a tratar el tema que realmente nos incumbía e importaba a las dos, en realidad no había querido en un principio sacar dicho tema, pero se me había hecho imposible no sucumbir a la curiosidad que me había tenido días y días en vilo hacía ya algo de tiempo. Hablar de todo me hacía olvidarme de otro tema que me atormetaba en el presente.

Era la segunda vez en un rato que sentía como se mojaban mis bragas al verla llorar, y lo peor es que la segunda la había provocado yo aprentando adrede su morado, necesitaba saber si lo del coche había sido fruto del momento de adrenalina o si realmente era por culpa de sus lágrimas. Atrapé con mi pulgar una de las que había provocado y sentí como el corazón (y el bajo vientre) me daban un vuelco. El tema se me estaba volviendo un nudo en la garganta para nada agradable. Había leído algo al respecto, en algún momento que me ocurrió algo parecido por un instante hace ya bastante tiempo, me dediqué a investigar si era o no posible. Creí recordar que se llamaba 'Dacrifília' y era algo así como que te daba placer o exitación sexual ver a alguien llorar.

Centrarme en el pasado, de la primera vez que la ví. Me había recreado en aquella foto furtiva al despedirnos una y otra vez. Había esbozado su figura en lienzos, papel y tela con distintos materiales y en distintos estilos hasta memorizarla. Así que digamos que, a pesar de haber hecho mi vida con casi absoluta normalidad el último año, Natalia había aparecido de forma recurrente en mi mente alguna que otra noche. Hasta que cuando por fin la estaba olvidado, evitando pensar en ella con fuerza de voluntad y ganas de seguir adelante, conociendo gente nueva... (hasta ahora, había sido un impedimento real para conocer a mujeres había hecho coparaciones muy odiosas que no me permitían avanzar)...va y aparece, como la ex novia de la primera tía en la que me fijo después de un tiempo, en Sevilla, y ahora esto. ¿Y que hacía yo? Ponerme cachonda con su llanto. En realidad, creo que no eran precisamente las lágrimas, sino el conjunto. Ver esos ojos oscuros de felino inhundados y brillantes, observar alguna gota cristalina deslizarse por su mejilla hasta perderse en sus labios, rojizos e hinchados. Alba, ya basta estás loca.

-¿Me estás escuchando? –volví del ensimismamiento en el que me encontraba sumida y la miré volviendo a prestarle completa atención.- Aquella noche había discutido con Alicia estando con nuestros amigos. Tenía la mala costumbre de reírse de mí, sé que no fue con malas intenciones pero...

Natalia se sumió en un monólogo en el que, a pesar de ver que no quería hablar de esa forma de Alicia para no darme una imagen que no debía sobre ella, necesitaba soltar. Alicia siempre había sido una persona segura de si misma, con carácter y una auténtica payasa, era una persona que se reía de los demás sin maldad, pero además también lo hacía de ella misma. La morena me contó los numersos casos en los que sin querer la había hecho sentirte un trozo de mierda, una persona torpe o alguien que no valía la pena solo por... equivocarse en una palabra o cualquier tontería de ese tipo. Lo que en principio resultaba gracioso, acabó convirtiéndose para ella en un mal trago que tenía que pasar cada vez que estaban en compañía las dos. Natalia se había acostumbrado a medir sus gestos, palabras y acciones al milímetro para evitar ser ridiculizada, hasta el punto de que, aguatando y aguantando acabó dejando de encontrarle sentido al por qué seguía con la pelirroja. Esta última no era realmente consicente del problema a pesar de que lo habían hablado varias veces, y la noche que nos encontramos, además de haberle dado un ultimátum se había largado sin decir nada. Me contó que discutieron al irse a dormir y que por la mañana la dejó definitivamente, Alicia ya me había contado también su versión, y aunque muy parecida, había evitado explicarme el por qué de su ruptura al completo.