Estrellita, ¿Dónde Estás? [Taekook/Omegaverse] (PAUSADA)

Cuatro💫

-Hola de nuevo, hyung.- Jungkook saludó parándose junto al pelirrojo mientras este sacaba los libros que necesitaba para la siguiente clase de su casillero violeta.

Todos los casilleros por regularidad eran rojos porque así eran fabricados, pero el suyo era violeta, y parecía que la pintura que tenía ya estaba desgastándose de lo viejo que estaba.

-Jeon Jungkook.- contestó el pelirrojo mirándole unos segundos sin ninguna expresión en particular. Luego volvió la vista a su casillero al escuchar movimiento. Jungkook no veía porque la puerta del compartimento le tapaba pero escuchaba que movía algo.

-¿Cómo está, hyung?

-Bien.

-Eh, vale, me alegro.- murmuró escuchando un "shh" del pelirrojo.- ¿me está callando?

El alfa lo miró con los ojos abiertos y negó con la cabeza.

-A ti no.

Jungkook se movió con confusión hasta estar detrás del pelirrojo y gritó de sorpresa al ver dentro del casillero.

-Shh.- el pelirrojo lo miró con enojo antes de verificar que nadie los estaba viendo.

-¿Ahora sí es a mi?.- preguntó tontamente sin recibir respuesta.

Jungkook estiró la mano para tocar con ternura al hámster en la jaula dentro del casillero. El alfa cerró los ojos con la cabeza gacha al sentir al omega pegarse a su cuerpo sin darse cuenta siquiera. Inhaló su aroma identificando chocolate y pasto mojado por la lluvia. Era una rara combinación pero le parecía linda.

-¿Por qué tienes al Señor Mitens contigo, Weasly?

-¿Weasly?.- preguntó el pelirrojo dándose la vuelta para verlo con una ceja alzada mientras cerraba la puerta con su llave. Jungkook se separó unos pasos y se encogió de hombros.

-Me gusta Harry Potter y te pareces a los Weasly por lo del pelo rojo, ya sabes.- sonrió avergonzado.

-Ah, ajá.- el pelirrojo asintió y comenzó a caminar lejos, más precisamente al aula de cálculo avanzado.

-No piense que es un insulto, hyung. Yo de verdad amo a los Weasly. En especial a Fred y George.

-No sé quienes son.- murmuró el pelirrojo.

-¿No ha visto las películas?.- Jungkook entrecerro los ojos. ¿Quién en su sano juicio nunca había visto al menos una de las siete películas?

-No hay televisión en casa y tengo prohibido ir la cine, así que no.

Jungkook se sorprendió tanto que se quedó paralizado en el medio del pasillo. ¿Como podía vivir sin televisión? Era su cosa favorita en el mundo. Hasta la prefería sobre el celular y eso era una batalla complicada.

Salió de su estupor al ser golpeado en el hombro por alguien que corría presuroso a su clase. Miró al frente notando como el pelirrojo ya había ganado algunos metros.

-Arreglaremos eso, lo prometo.- dijo Jungkook al llegar a su lado respirando un poco agitado.- entonces, ¿me contestará la pregunta, hyung?

-¿La del señor Bigotes?.- Jungkook asintió aunque estaba seguro de que se llamaba señor Mitens. O así lo llamaban en la clase de biología.- hoy lo robé y pienso dejarlo en libertad. ¿No te da tristeza verlo en esa jaula encerrada cada vez que tenemos con el malvado profesor Monster?

-¿Hablas del profe Namjoon hyung?

-¿Quién?.- el pelirrojo pareció pensarlo un poco antes de asentir.- sí, creo que ese es su nombre real.

-El profe Nam es uno de los mejores. Sé que lo debe cuidar bien considerando lo gordito que está y el lindo pelaje que tiene el roedor.

El pelirrojo lo miró con atención y pareció pensar sus palabras.

-De cualquier manera, lo cuiden o no, nadie es feliz siendo encerrado.- paró de repente frente a una puerta abierta, y con la mayor parte de sus compañeros dentro. Jungkook paró a su lado.- aquí tengo clases.

-Oh, claro. Yo tengo que ir del otro lado del ala.- miró su reloj en su muñeca con una mueca. Llegaría tarde si no corría ahora mismo.- creo que correré.

El pelirrojo asintió dándose la vuelta para entrar al aula ignorando al omega.

-Hey, hyung, ¿puedo acompañarlo a su casa luego de clases?.- preguntó un poco más alto de lo que esperaba.

Muchos los miraron con atención y comenzaron a cuchichear entre ellos.

El pelirrojo ocultó su sonrojo dentro de un libro mientras que el castaño corría con vergüenza hacia su aula, golpeando su frente mentalmente al darse cuenta de que no le había preguntado su nombre aún.

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