Diecinueve💫

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Jungkook se estiró en la cama y abrió los ojos de par en par al no sentir al mayor a su lado. ¿Todo lo vivido la noche anterior había sido un sueño? No, no podía ser. Su cabeza no podía estar jugando con él. Eso sería muy cruel.

Pero el lugar que el mayor había utilizado estaba frío.

Se sentó en la cama, se talló los ojos y salió de su habitación. Observó a su alrededor sin encontrar nada. Estaba totalmente solo en casa, de nuevo. Se dirigió al baño, se desvistió y se tomó una ducha que lo hizo sentir mejor. El agua caliente chocando con su cuerpo lo tranquilizaba y sacaba cualquier tensión. Hacia días que no se bañaba como era debido, por lo que se tardó bastante en el baño.

Cuando por fin salió, ya vestido con ropa de entre-casa, escuchó la risa de su madre en la cocina.

Caminó perezoso hacia ésta, sintiendo a su estomago rugir. De verdad tenía que ingerir algo porque se sentía bastante débil.

Se quedó en la puerta observando a su madre. Estaba con el delantal blanco con flores que utilizaba al cocinar. Lo más lindo es que tenía una gran sonrisa en el rostro mientras revolvía algo en un bol.

Abrió la boca para saludar a su madre cuando otra voz lo interrumpió.

-¡Aquí está!.- el pelirrojo emergió del suelo con una olla y una sonrisa triunfante. Jungkook no lo había visto antes porque la mesa lo tapaba al estar agachado.

-¿Ves, Taehyungie? ¡Yo te dije que la había dejado ahí!

Taehyung esbozó una mueca y dejó la olla sobre la hornalla caliente.

-En realidad, señora Jeon, usted me dijo que la había dejado por allá.- Taehyung señaló del otro lado de la cocina reparando en ese momento en la presencia del menor.- hey, Kookie.

Jungkook corrió y saltó a los brazos del sorprendido alfa. Sentía sus ojos picar. No lo había dejado, él seguía allí.

-Hola, hyung.- murmuró contra su oído, abrazando por el cuello al mayor. Taehyung dio un salto y acomodó al menor contra su cadera, como si de un pequeño koala se tratara.

-Oh, ya has salido de la habitación, cariño.- habló la madre que los miraba con ternura. Casi quería chillar de la emoción. Aunque su hijo lo negara, ella sabía que algo pasaba entre ellos dos.- Taehyung ha sido de mucha ayuda. Me ha acompañado al súper mercado y hasta me ha enseñado algunas nuevas recetas.

-¿En serio?.- murmuró bajándose de los brazos del alfa con el rostro sonrojado al escucharla. Por un momento simplemente se había olvidado de la presencia de su madre y todo lo que había en su mente era el pelirrojo.

Y ahora se sentía avergonzado.

-Si, bueno. No soy un experto con la cocina y todo eso...

-No, de hecho casi se corta dos veces y ni siquiera ha tocado un cuchillo.

-... pero he visto a mis madres cocinar y sé cómo se hacen las cosas.- se encogió de hombros ignorando con una sonrisa el comentario de la señora Jeon.

Jungkook rió bajo y se alejó del mayor. Se sentó en su silla y los observó continuar con la comida.

-¿Tienes mucha hambre, cariño? .- El pequeño omega negó con la cabeza al escuchar la pregunta de su madre. Su estomago volvió a rugir, ganándose una mirada de reprocho de ella.- ah, mentiroso.

-Bueno, sí tengo hambre pero puedo esperar.- sonrió culpable.- ¿qué están cocinando?

-Pollo con crema queso y ensalada.- habló el pelirrojo mientras lavaba la lechuga y los tomates.

-Uh, suena rico.

-¡Lo sé! Es tan simple y a la vez sofisticado.- habló la señora Jeon con ensoñación. Taehyung sonrió orgulloso de sentir que estaba haciendo las cosas bien.

El timbre sonó alertando a todos los presentes. Taehyung rápidamente dejó las verduras sobre la tabla de picar y se secó las manos con un paño de cocina.

-Debe ser Hyunki.

-¡Yo atenderé!.- exclamó el pelirrojo.

Jungkook lo observó salir con paso presuroso de la cocina. Volteó a su madre notando que ella lo observaba a él.

-Siento que tengo dos hijos.- dijo con una leve sonrisa. El castaño esbozó una mueca. ¿Se debía sentir celoso o feliz de sus palabras?.- ven, termina la ensalada por Taehyung. Es lo único que falta.

Jungkook asintió y se apresuró a comenzar a cortar las verduras.

-... ¿De verdad? Porque tengo un primo en Japón, él podría averiguar todo lo que necesite, señor Jeon.- se escuchó la voz del pelirrojo a pesar de que todavía no había entrado a la cocina.

-Lo pensaré. Hablemos de esto luego, ¿vale?

-Vale.

Los dos alfas entraron a la cocina. Taehyung se acercó al menor y comenzó a agregarle algunas especias a la ensalada ante la atenta mirada del menor.

-Hola, cariño.- el señor Jeon se acercó a su esposa y besó sus labios castamente. Se volvió y revolvió el cabello de su hijo.- Kookie, estoy feliz de verte.

-Y yo a ti, papá.

Los cuatro se sentaron en la mesa circular a comer.

-Esto está muy rico, cariño.- habló el señor Jeon limpiándose la crema de la boca.

-La idea fue de Taehyung.- sonrió ella acomodando su cabello lejos de su rostro.

-Oh, sí. Pero en realidad no ayudé mucho con el proceso así que el mérito es todo suyo, señora Jeon.

-Ah, este niño. Es demasiado modesto.

Jungkook sonrió por sus palabras.

-¡A que no adivinan qué!.- exclamó el señor Jeon con una sonrisa surcando su rostro.- ¡hoy a la sala de emergencias vino una señora con tres tetas!

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Estrellita, ¿Dónde Estás? [Taekook/Omegaverse] (PAUSADA)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora