Bienvenida a casa de nuevo.

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El portazo que di en el despacho de Jaime, estaba segura que se había escuchado en toda la planta. Estaba enfadada, y no tenía ganas siquiera de disimularlo. En el transcurso de mi casa a la central, pude escuchar perfectamente cómo habían salido a la luz fotos de Jessica con distintas mujeres. Sólo eso me puso aún de peor humor, pues no iba a pasar por eso, no iba a permitir que dudaran así de ella. Jessica era una de las personas más leales que yo conocía, y desde luego no lo iba a permitir.

- Cálmate.

- ¿Cómo quieres que me calme? ¿Me puedes explicar qué coño es eso?

- No lo sé – respondió agobiado Jaime – Te juro que no lo sé – me pasó una carpeta – He intentado mirarlo pero no hay nada contra ella.

- Pues claro que no tienen nada, joder – me desesperé – Porque todo es mentira.

- Vale, Sam – me agarró de los brazos – Cálmate, por favor. No puedes gritarme así y menos aquí – yo asentí – Vamos a buscar una solución pero trata de calmarte.

Me separé de él tomando aire; Jaime llevaba toda la razón, si quería ayudar a Jessica, tenía que calmarme.

- Dicen que tienen fotos – él asintió - ¿Las tienes?

- Las he visto.

- Quiero verlas.

- No creo que...

- Enséñame las fotos, Jaime.

- Sam, sale besándose con...

- Jessica no me ha sido infiel nunca; así que enséñame las fotos.

Confiaba en ella con los ojos cerrados; hasta que algo no me hiciera darme cuenta de lo contrario, seguiría confiando en ella. Y es que en toda nuestra vida juntas, nunca, jamás, me había dado motivos para desconfiar; todo lo contrario.

Jaime fue directo a su ordenador, y cuando lo tuvo delante me pidió que me acercara. Una carpeta con al menos quince fotografías; pese a que intentó pararme, no lo consiguió, las abrí.

Una foto de Jessica sonriendo y una mujer dándole un beso en la comisura de los labios. Otra de ella mirando la boca a un milímetro de otra mujer. Y así las quince restantes. Absolutamente en todas había una cercanía entre las dos llamativa, imágenes dónde se notaba que estaban juntas y que el nivel de intimidad era superior a la de cualquier relación de amistad. Quisieron dejar claro que no eran amigas de Jessica, sino algo más.

- Sam, yo... Lo siento.

- ¿El qué sientes? – pregunté sin dejar de mirar la fotografías.

- Que te enteres así – le miré – Te prometo que no lo sabía.

- Y yo siento que dudes así de tu mejor amiga – Jaime frunció el ceño - ¿De verdad crees que Jessica sería capaz de hacerme algo así?

- Yo... Bueno... Es...

- Ayer me jurabas que nunca la habías visto tan feliz y completa como conmigo; y ahora, sin más, por quince fotos de mierda, dudas.

- Lo que no entiendo es por qué tú no lo haces.

Sonreí ante su incredulidad. Qué fácil resultaba engañar a Jaime; en ese momento me di cuenta. Le puse una foto concreta. La desconocida mujer y Jessica aparecían en lo que parecía una cama; el rostro de Jessica estaba en su cuello, mientras que la desconocida le daba un beso en la frente.

Yo saqué mi móvil y fui directa a la galería. Conocía esa foto como la palma de mi mano, de la misma manera que recordaba el momento en que la había sacado.

**FLASHBACK**

Caímos en la cama cansadas, los reencuentros tras sus esporádicos viajes se habían vuelto mucho más intensos. Ella agradecía irse; pero también volver. Había estado cuatro días fuera, y después de tenerla en casa por costumbre; la echaba todavía más de menos.

- Le estoy cogiendo gusto a eso de irme – dijo recuperando aire – Si las bienvenidas siempre van a ser así...

- ¿Te ha gustado? – sonreí.

- Claro que me ha gustado, si todavía me tiemblan las piernas – me miró – Ya me dirás si me tengo que preocupar de que cada vez me hagas una cosa nueva.

- Practico mucho.

- Ya veo – asintió sonriendo – Sigue practicando entonces – se acercó a mí – Así no me ayudas a decirle que sí a Jaime cada vez que me ofrece un viaje.

- El próximo día de recibo con la bata de franela – frunció el ceño - ¿Te parece mejor así?

- Sólo si debajo de la bata no llevas nada – susurró dándome un beso entre los pechos – O sin bata... - me miró – Eso también me parece bien.

Las dos nos reímos, y ella se colocó encima de mí, acariciando con sus pulgares mi piel. Mis brazos la abrazaron, porque pese a que las bienvenidas eran demasiado gratificantes, yo no quería que se fuera nunca de mi lado.

- Sea como sea, gracias por hacerme la vida más ligera y cálida – susurró con su rostro en mi cuello – Consigues que, haga lo que haga, sea para bien.

- Tú sólo sabes hacer cosas para bien – contesté dándole un beso en la frente – Bienvenida a casa de nuevo, mi amor.

**FIN DEL FLASHBACK**

- ¿Eres tú? – preguntó Jaime con asombro al ver la foto en mi móvil.

- Pues claro que soy yo, gilipollas – musité volviendo a mirar las fotografías del ordenador – En todas soy yo.

- ¿Y de dónde las han sacado?

- Supongo que de Instagram o Facebook – suspiré – Putas redes sociales. No sé quiénes son las mujeres, no las conozco, pero son todos montajes.

- ¿Crees que podrías conseguirme las originales? – asentí mirándole – Pues te lo agradecería.

- Mira, Jaime... Yo no sé qué está pasando, pero van a por ella.

- Pero ella está muerta.

- Ya, pero eso me da igual – respondí de mala manera – No voy a permitir que digan sobre ella cosas que no son. Ni ha estado en prostíbulos, ni me ha sido infiel ni mierdas de dinero de la policía. Ella no podrá defenderse, pero yo puedo hacerlo.

- ¿Qué quieres hacer?

- Saber quién está detrás de esto. Alguien ha tenido que mandar las fotos, encontrar la fuente y ver dónde nos lleva. Déjame hacerlo – le pedí – Dame libertad.

- Eso no es tan fácil, Sam.

- Sé que tú puedes hacerlo, eres el único que puede, Jaime. Creo que si algo se merece Jessica es que lo hagamos por ella.

Estaba jugando sucio con él y lo sabía perfectamente. Él era el único que podía darme lo que yo quisiera para ayudar a Jessica, pero también caería sobre él la responsabilidad de que algo saliera mal; por esa razón, hacerle chantaje con la memoria de Jessica, era jugar muy mal.

- Tengo que pedirte a cambio – yo asentí dispuesta a todo – Una rueda de prensa; y no precisamente como agente, sino como mujer de Jessica.

- ¿Y qué quieres que diga?

- Lo que sabes; que es todo mentira, que vuestra relación era sana y que era un montaje. Sé que sabrás estar a la altura de lo que tienes que decir.

- ¿Y a cambio me dejas investigar?

- A cambio te daré algo que no has visto en tu vida para que trabajes sola, con total libertad y de manera confidencial.

Vuestros comentarios son muy importantes, sólo así la historia tiene sentido. Gracias por leerme.

-KBex-

Miradas de amor.Where stories live. Discover now