El primer beso.

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Me senté en el lado de la cama de Jessica, y tardé tan solo un segundo en dejarme caer y sentir como la almohada olía a ella. Era insoportable. Por mucho que me intentara mantener ocupada, era una escapatoria. Quería defender a Jessica por encima de todo; pero yo sabía que en el fondo lo hacía para evadirme de la realidad. No pensar que Jessica no estaba, que mi vida, a partir de ahí, iba a ser sin ella.

**FLASHBACK**

- Yo solo digo que se te nota mucho cuando tienes ganas y cuando no te interesa.

- ¿Insinúas que ahora es culpa mía?

- No te estoy echando la culpa, Sam; sólo digo lo que me parece. Te lo he ofrecido y podrías haberme dicho que no.

- He accedido porque siempre estás tú cediendo en todo.

- ¿Y eso es un problema? Si accedo es porque quiero.

- ¿Me vas a decir que nunca me lo ibas a tener en cuenta?

- Pues no, a mí me da igual.

- Qué bien se te da quedar bien.

- Pero que no es eso, Sam; que a mí me da igual. Si accedo es porque hacer una u otra cosa, me da exactamente igual.

- Mira... - tomé aire.

- No entiendo porque te pones así.

- Vete a la mierda, Jessica. Tienes una manera muy fácil de menospreciar los enfados que no son los tuyos.

- Eso no es verdad – se sentó a mi lado en el sofá – Lo siento, ¿vale? Me ha parecido que no querías hacerlo y que lo estabas haciendo por obligación; así que lo siento, no tenía que haber reaccionado así – yo asentí – Mírame. Lo siento.

- Ya te he escuchado.

- Pues deja de estar así. Sabes que no me gusta nada discutir.

- ¿Y te crees que a mí sí?

- Sam... - susurró.

- Ya, ya... - tomé aire – Déjame unos minutos.

**FIN DEL FLASHBACK**

En ese momento, llorando como una desgraciada sobre la cama, me sentía fatal recordar todo eso. Jessica y yo no discutíamos mucho, y cuando lo hacíamos pasaban dos cosas: que lo hacíamos por estupideces y que nos hacía daño a las dos. No me gustaba discutir con ella, siempre que lo hacíamos tenía la sensación de que en lo nuestro, aparecía una nueva fisura que nos iba a joder en un futuro. Aunque he de decir que si lo solucionábamos en seguida era por ella, no por mí. No le importaba darme la razón, pedir disculpas o tragarse su orgullo; a ella le daba igual, lo único que la importaba era que nosotras estuviéramos bien.

**FLASHBACK**

Era de esas noches dónde la cama se nos hacía kilométrica. Cada una en cada punta y dando la espalda a la otra. Estaba enfadada; el hecho de que me hubiese dejado plantada y ni siquiera una llamada para avisarme, me había dejado de mal humor. No tenía ganas de hablar con ella; por eso, lo único que le dije antes de meterme en la cama fue, que no hiciera ruido.

- ¿Estás dormida? – preguntó en un susurro.

- No.

- No me gusta irme a dormir así, Sam.

- Habértelo pensado antes.

- ¿Puedes mirarme, por favor? – me giré en la cama para hacerlo – Jaime me llamó y no me dio opción, me tuve que ir corriendo. Todo estaba mal, habían perdido pruebas y un agente estaba herido. Quiero que entiendas que no tuve elección.

Miradas de amor.Where stories live. Discover now