1. Saliendo de OT

4.4K 105 21
                                    

I. 20 de diciembre de 2018. Plató de OT. 11.45 am


-  A ver, chiquis. Percebes y Belena os van a contar cositas. Meteos en esta sala. ¿Dónde están Julia y Sabela? Famous viene ahora. Está con sus papis.

Noemí camuflaba su estado de nervios con ese aire de eficiencia que la caracteriza. Llevaba un buen rato dando órdenes. Apretaba contra el pecho, como una colegiala, una carpeta que contenía datos, la escaleta, el listado de medios acreditados, recortes de prensa y la lista de la compra. Alba y Natalia, recién salidas de peluquería y pintadas como puertas por la bienintencionada Soraya, luchaban como podían contra un monstruo de tres cabezas: la resaca, el no haber pegado ojo, el haber salido al mundo después de tres meses de encierro. Estaban felices pero perplejas y sobre todo muy cansadas.

Percebes entró a una pequeña sala de reuniones improvisada precedida de Belena, que apenas podía ocultar la sobreexcitación. Colocó el pequeño macbook air que llevaba bajo el brazo y lo abrió sobre la mesa. Alba y Natalia las siguieron y las cuatro se sentaron frente a la pantalla.

- Nena, con esta camisa parezco mi abuela -le había dicho Alba a Natalia unos minutos antes.

Natalia puso cara de bebé enanísimo para no tener que darle la razón. Luego atrajo hacía sí a su amiga y le besó la cabeza. Es muy real que las de vestuario no siempre aciertan, pensó Natalia. Y no pudo pensar nada más porque el ibuprofeno todavía no había hecho efecto.

Percebes sonrió a las dos y adoptando aire de catedrática dijo solemne:

- No sé si sabéis que vais a tener que desmentir Albalia.

Las chicas la miraron incrédulas.

- ¿Desmentir cómo? -preguntó Alba aturullada, moviendo nerviosamente su media melena albina y mirando a Natalia con una sonrisa extraña.

- Desmentirlo ante la prensa. Os lo van a preguntar. Hemos pactado que no lo pregunten durante la rueda de prensa, que como sabéis se va a ver en directo. Pero cuando corten la emisión y lleguen los canapés os harán entrevistas individuales para medios locales. Y os lo van a preguntar.

- Sed naturales -intervino Belena.

- Siento decepcionar a media España, pero Albalia no es real, dijo Natalia en un tono como de locutora de informativos.

Alba miraba con ojazos asustados a aquellas dos señoras tan simpáticas metamorfoseadas en coachers y de las que esperaba informaciones e instrucciones certeras.

- Mare mía, Alba, has sido la reina absoluta del chat, dijo Belena con mirada cariñosa mientras se atusaba coquetamente su mechón azul.

- No, espera, vamos por partes, Jack. Estamos hablando de Albalia, -cortó Percebes-. Chicas, hay una legión de albaliers ahí fuera (ahí fuera en twitter) que van a necesitar algo más que  vuestro desmentido oficial para dejar de shippearos.

- O sea. Qué me estás container. No entiendo nada (otra vez Natalia con su carita de bebé enternecido pero extrañado).

- Lo que estoy diciendo -repuso Percebes- es que aunque vosotros desmintáis el ship y el rey de España, La Unión Europea y las Naciones Unidas saquen comunicados oficiales diciendo que Albalia no es real, miles de locas del coño (a quienes yo amo con la fuerza de los mares) van a seguir remando hasta que se les caigan los brazos. ¿Me explico?

La carcajada de Alba invadió la sala y tras la risa colocó la cabeza en el hombro de Natalia unos segundos.

- Hermana, qué hacemos con esto.

Percebes retomó su discurso.

- No podéis hacer nada. Vosotras lo desmentís a la prensa y a partir de mañana hacéis vuestra vida. Ya se cansarán. Yo calculo que se cansarán como en 2020. Temporada otoño-invierno.

Belena abrió un documento en el mac.

- Tenéis ya algo más de 200.000 seguidores en instagram y es probable que esta cifra se duplique en los próximos quince días.

Natalia y Alba abrieron la boca hasta los confines de sus posibilidades y sintieron un vértigo inexplicable.

- A ver, antes de que os dé un jari: que sepáis que las redes sociales son importantísimas y os conviene usarlas, y usarlas bien. Os van a dar la posibilidad de manteneros en contacto con vuestras fans. Amaia no quiso usarlas y creo que ha sido un error. La gente quiere contenidos. Tenéis que devolverle el apoyo y el cariño. Que sepáis que tenéis el fandom más intenso ever. Preparáos para los torrentes de memes que van a pasar ante vuestros ojitos perplejos estos días.

A Alba se le estaba durmiendo una pierna y apenas podía escuchar. Tenía la boca seca. El tic (Marina se lo había dicho la noche anterior) se le había intensificado en los últimos días. Necesitaba dormir. Necesitaba dormir dos días seguidos por lo menos. Su sistema nervioso estaba alterado. La semana de Crazy in love había sido durísima y todavía no se había recuperado. Used to be mine tampoco había sido un lecho de rosas. Había llorado en público y en privado lo que no está escrito esos días. Acarrear esa carga emocional, esa tensión no resuelta, la dejó hecha una piltrafa hasta llegar a Creep. El día de la gala final todo le importaba una mierda. Estaba reventada. Reventada de cansancio. Dejó escapar un bostezo sonoro.

- Cariños míos. Venga, más cositas. Podréis descansar muy pronto y comer muchos polvorones. ¿Qué más, Belena?

- A ver, en twitter hemos rastreado unas 50.000 cuentas fan. En España y en América Latina. O sea, cuentas que tuitean contenido albalia casi exclusivamente. Vais a abrir twitter y vais a ver miles y miles de avatares con vuestras caritas. Va a ser un shock. Pero vamos, esto no os pilla por sorpresa, ¿no? ¿Vistéis OT 2017?

- Yo sí, se apresuró a decir Natalia.

- Yo no, respondió Alba. Percebes, Belena, voy a necesitar un cursito práctico -dijo con voz suplicante pero imperiosa el Furby de Elche-. Iba a tardar aún tres días en activar el móvil.

- Dios, qué vértigo y qué tensión.

- C'est la vie.

Belena miraba alternativamente la pantalla y a las chicas con sus redondísimos ojos azules muy abiertos.

Sabela y Julia entraron la sala con sus melenas recién planchadas.

- Qué se cuece aquí, amoriños.

- Nos están hablando de twitter. Venid, dijo Alba con voz de miedo.

- En realidad nos están hablando de Albalia, un país regentado por mujeres, una isla que flota a la deriva de corrientes gobernadas por las imaginaciones más calenturientas de la Tierra - dijo Natalia, teatral.

Julia adelantó sus manos abiertas a la altura de la cara moviendo los dedos traviesamente. Luego, con voz de velocirraptor afónico exclamó "¡Albalia es real!".

- De verdad, Juls. Ni puta gracia tiene.

Albalia y la máquina del tiempoWhere stories live. Discover now