27. Send nudes (II)

717 33 0
                                    


El resto de la velada transcurrió entre risas. A petición de Marta todas contaron cómo había sido "su primera vez con una tía" y realmente el relato de estos episodios daría para un capítulo entero. Tal vez para dos. Pero lo dejaremos para otra ocasión. Las risas y el achispamiento generalizado se detuvieron cuando Marta, bostezando sonoramente, dijo que se retiraba a dormir. Eran casi las 3. María farfulló que no tenía fuerzas ni para pedir un taxi y Alba le dijo que no se preocupara, que se quedara a dormir en el sofá si quería.

- Y tú, Natalia, ¿te vas al piso de Mikel o te quedas aquí? -acertó a preguntar María luchando contra el sopor.

- Me quedo, he discutido con él.

- ¿Ah sí?

- Sí, le he pillado mirando mi móvil y cuando he ido a quitárselo me ha agarrado de la muñeca y me ha hecho muchísimo daño.

Alba, que había sido la primera en saber esta historia horas antes, miraba al suelo con desaprobación y rabia mientras Natalia contaba a grandes rasgos la discusión.

- Pues qué hijo de puta. No me lo esperaba. Mándalo a la mierda pero ya -dijo María. Y fue lo último que dijo antes de empezar a roncar con la boca abierta, tendida en el sofá.

Natalia y Alba se fueron a la habitación. Natalia estaba cansadísima y las copas que se había tomado la tenían ya al borde del derrumbe. De hecho, se desplomó sobre la cama de Alba mientras decía en un susurro ahogado que no tenía fuerzas para desnudarse y mucho menos desmaquillarse. Alba, que había bebido menos, le sacó las botas y los pantalones mientras su amiga se hundía en un sueño profundo. Después se arrodilló junto al cuerpo de Natalia e inclinándose hacia su cara y armada con una toallita le quitó suavemente el eyeliner y el rímel. Tardó varios minutos en hacerlo. Después le besó los labios entreabiertos y bajó hasta su vientre para depositar varios besitos alrededor de su ombligo. Luego se acurrucó a su lado y se quedó dormida.

Mientras tanto, Marta había dejado el móvil cargándose encima de su mesilla de noche. Cuando despertó sintió una bola ardiente en el estómago a causa del alcohol mal digerido. Además, había mezclado vino tinto y ron-cola y no había cenado nada. Uh, qué resaca. Sin embargo, el malestar corporal fue mitigado por el recuerdo de su cita con Sofía. Estiró los brazos, bostezó, sonrió y se tapó la cara con la almohada de pura emoción, reviviendo los besos y saboreando la seguridad de que iba a volver a verla pronto. Estiró la mano hacia la mesilla para desenchufar y coger el móvil y vio que tenía varios whatsapps suyos. Lo primero que leyó fue un mensaje de texto que decía "ahora te toca a ti". Antes de eso había una foto. La pulsó para abrirla y al verla se incorporó como un resorte sobre la cama. Marta miraba la pantalla de su móvil con la boca abierta, ampliando la imagen con los dedos,  examinado incrédula y sorprendida los detalles de aquella bendita foto. Era nada más y nada menos que una selfie de Sofía tumbada sobre la cama, con el largo pelo y casi rubio extendido sobre la almohada y... desnuda de cintura para arriba. Sin filtros. Marta se puso en pie de un salto y recorrió toda la habitación con la cara pegada a la pantalla. Era una forma demasiado irreal de empezar el día. Marta gritó y rió en voz alta sin dejar de apreciar cada detalle y se imaginó a sí misma lanzándose de nuevo a la boca de Sofía para luego bajar lentamente por el escote y besar esos pechos de ensueño que prometían estar disponibles para ella. ¡No! Aquello no podía ser verdad. Qué puta fantasía.

Marta salió de la habitación toda alterada y feliz. Alba y Natalia seguían en la cama y María, arropada hasta el cuello con una manta, abrió los ojos poco a poco, defendiéndose de la luz.

- Marta, ¿estás gritando? -protestó María dándose media vuelta.

- Tía, que Sofía me ha mandao un nude, estoy: living.

María ríe pícaramente desde el sofá. Al parecer Marta no ha visto el "SEND NUDES" y piensa que todo ha sido iniciativa de Sofía. María se felicita a sí misma por su inadvertida travesura. Marta nunca hubiera dado ese paso pero está claro que Sofía está receptiva.

- Marta, la tienes pilladísima. Ahora mándale tú un nude a ella y seguid con el mamoneo. El próximo paso es follar. Ya te lo digo. Estás avanzando mucho.

- Calla, tía.

Marta vuelve a meterse en su habitación, abre el ordenador y pone una playlist titulada Shiny happy people. Después, impetuosamente, se quita la parte de arriba del pijama y mira su reflejo en su espejo vintage. Armada con su móvil empieza a probar varias posturas. Dispara. Duda. Borra. Mete la tripa. Se coloca el pelo hacia un lado. "Mejor que no se me vea la cara". Vuelve a disparar. A ver. Busca un filtro adecuado, algo que tamice un poco. Se siente algo insegura pero qué coño, diez minutos después le envía su nude a Sofía.

***

La semana pasa volando.  Días de absoluta vorágine para Marta: a su incesante actividad profesional se ha añadido el torrente de expectación y nervios en relación a su próxima cita. Han hablado por whatsaap todos los días. El lunes y el martes ha tenido sesiones maratonianas en el estudio de grabación. El miércoles y el jueves ha tenido función en el Teatro Lara. El viernes es su día libre. Aprovecha para dormir y para dar un paseo por la mañana. Por la noche va a cenar a casa de Sofía.

Albalia y la máquina del tiempoWhere stories live. Discover now