14. Hetero no soy

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8 de marzo de 2019. 11.02 am. Tren Madrid-Elche

Marta lleva una semana en Madrid y parece haber perdido su alegría. Pero no es eso. Es que ha dejado su pueblo para instalarse en Madrid y la ciudad le resulta inhóspita. Todas las calles le parecen iguales. Le espanta el metro. Pronto se acostumbrará.

- Marta, estás muy callada... -le dice Alba en el tren. Reche ha decidido llevarse a Marta a la mani de Elche por dos razones: para que salga un poco de Madrid y para que viva su primer 8M con ella, en un ambiente festivo y familiar.

- Ya, tía. Es que tengo como dudas existenciales.

Alba la mira con interés pero Marta no dice nada más. A Alba podría contarle todo. La admira mucho porque parece que ha vivido ya siete vidas. También por el amor incondicional que despierta en la gente. Otra cosa que admira es que desde el momento cero saliera del armario como bisexual. Envidia la facilidad con que lo hizo en casa, poniéndose una camiseta que ella misma había diseñado y que decía "hetero no soy". Pero no a todo el mundo le resulta tan fácil. Marta se siente mal porque está viviendo una mentira y no sabe cómo liberarse. También se siente mal porque el sábado anterior se puso de todos los colores ante la proposición de María. Al ver su nerviosismo la Mari acabó riéndose muchísimo de ella. "Pero Martuca, ¿me vas a decir que nunca has hecho un trío?". María sabía de sobra que no, pero quería provocarla, sacarla de su zona de confort y propiciar un pequeño cataclismo en la mente de Marta. "A ver, que con 18 años casi nadie ha hecho un trío..." había dicho Pablo más que nada para ayudar y sacar a Marta de su bloqueo y rubor.

Después de la fase de enamoramiento con Natalia en su tramo final de OT la Lacunza se había convertido en buena amiga. Y la verdad es que Alba y Natalia querían muchísimo a Marta y la habían visto crecer y madurar a pasos agigantados en el post OT.  Ciertamente se la veía más seria... pero es que estaba trabajando como una loca en su primer single, viviendo en una habitación prestada que no le gustaba mucho y buscando la manera de decir "bitches, hetero no soy".

Durante el viaje le sigue dando vueltas a la idea que comentó Natalia ayer mientras comían las tres en un sitio de tacos de la corredera baja de San Pablo: irse a vivir las cuatro juntas: Natalia, Alba, Marilia y ella. Fue una proposición que nadie había visto venir. Nadie esperaba que Nat fuera a dejar el piso de Mikel. Pero el piso de Mikel es un piso de estudiantes y ella se siente ya en otra fase de su vida. En pocos meses su single será disco de oro y sonará en todas las emisoras de España y Latam. Le gusta la idea de compartir la vida con sus compañeras y crecer junto a ellas en el terreno musical. Tiene cada vez más claro que Mikel es un simple follamigo. Le quiere, han vivido muchas cosas juntos, buena parte de la adolescencia en Pamplona, cosas que no se olvidan. Piensa que siempre será su colega. Pero irse a vivir con Alba le tienta demasiado, al menos durante estos días. "En serio, tías, vamos a hablar con la inmobiliaria ya y que nos busquen un piso de cuatro habitaciones".

- ¿Y si sale mal? - había preguntado Alba un tanto temerosa.

- Lo hacemos y ya vemos -respondió Natalia entusiasmada con la idea de ver a Alba comiendo su sopita todos los días, rozándola por la casa como al descuido cuando nadie mirara, colándose en su cama por las noches...

Albalia y la máquina del tiempoWhere stories live. Discover now