26. Send nudes

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28 de septiembre de 2019 22.35 pm

"Madremía cómo besa Marta Sango" -piensa Sofía cuando sus labios se despegan-. Es posible transmitir delicadeza y fuerza en un solo beso y ahí está Miss Sango para hacer realidad ese sueño húmedo.

"¿Habrá notado que es el primer beso que doy?" -se pregunta Marta con algo de preocupación.

Después del beso se han quedado unos segundos abrazadas. Es un abrazo sin fisuras, apretado. Uno de esos abrazos en que una siente el cuerpo de la otra como si fuese suyo. Están abrazadas y Marta pega sus labios en el cuello de Sofía. Un olor cítrico pero dulce emana de la chica. Con una mano le toca la larga melena, acariciándola. Marta suspira, la retiene con los dos brazos. Es un momento de indescriptible felicidad. Levanta un poco la cabeza: noche agradable de finales de verano en Malasaña, la gente en la terraza de Lamucca apurando sus cenas y sus copas, grupos de amigos bajando al Palentino, un guitarrista callejero apostado en una esquina tocando con su guitarra un viejo blues amplificado. Marta se siente agradecida. Quiere retener hasta la última brizna de brisa de ese momento. Piensa en el amable escenógrafo que ha diseñado el decorado de ese beso y de ese abrazo. Quiere que no acabe nunca. Pero por suerte para ellas esto no acaba más que empezar. Aún es temprano. Cuando se despegan se miran a los ojos con ternura y acuerdan irse a otro sitio a tomar otra copa de vino.

- Podemos ir al Picnic. O al Cazador. O a la Colmada, el bar de Belén Cuesta -sugiere Sofía, que conoce todos los rincones de la noche en Malasaña-. Vive temporalmente en el estudio que tiene su hermana en la Calle San Andrés, un piso pequeño pero cuqui con vistas a la plaza del 2 de mayo. Su hermana se ha ido a Londres por tres meses por un asunto de trabajo y ella vive allí hasta que regrese en diciembre.

- ¿El Cazador? ¿Cuál es ese? -pregunta Marta-.

- Está en la calle Pozas. Es tranquilo entre semana pero los sábados se pone hasta arriba de maricas farloperos de cuarenta y pico. Mejor vamos al Picnic. La Colmada es más para tomar el vermú.

- Ah. Pues vale. Vamos -responde Marta, cuyo lema hoy es: SÍ A TODO.

"Sí a todo no, Sango, que es demasiado pronto para quedar en evidencia. A ver si te vas a venir arriba y luego quedas como el culo". Marta va manteniendo un apasionado diálogo mental consigo misma mientras avanzan por Pez para doblar en la esquina de la calle Minas.

El Picnic es un bar agradable lleno de jóvenes hipsters con unas mesitas pegadas a la puerta-ventana junto a la calle. Se sientan y piden unas copas de Ribera del Duero.

Marta no puede dejar de hablar nerviosamente mientras gesticula con las manos. Como no sabría muy bien qué decir de lo que ha pasado hace unos minutos (el beso, la innegable atracción), habla de cualquier otra cosa: el lanzamiento de su primer single, el final de temporada de La Llamada, el sueño que tuvo anoche, el festival de cine de Málaga, las broncas que le echa Alba Reche porque no recoge la cocina por las mañanas. Sofía la escucha atenta y piensa "el solo lenguaje corporal de esta chica sería capaz de arrollar a una horda de gente que bajara la calle. Y cómo besa, Dios santo, ay cuando se lo cuente a mis amigas. Qué hago, ¿me la llevo a casa o no? Mejor no, es muy pronto, mejor ir despacio..."

A decir verdad, la experiencia de Sofía con chicas es bastante limitada aunque tiene tres años más que Marta. Salió con un par de chicos en primero de carrera y en segundo se dio cuenta de que le atraían las chicas también. Se había enamorado de su mejor amiga en segundo pero solo habían llegado a darse unos revolcones más bien inocentes una noche de borrachera. Luego la amiga se había distanciado porque en el fondo era "super hetera". Después de eso solo había tenido una breve y complicada relación con una profesora sustituta doce años mayor.

- Y esa es la historia de mi vida -dice asertivamente Marta apoyando las palmas de las manos sobre la mesa, dando por zanjado su monólogo de manera momentánea-.

- La historia de mi vida es que siempre me enamoro de tías hetero -dice sorpresivamente Sofía, dando un trago largo a la copa.

Marta se ruboriza un segundo porque no esperaba este giro en la conversación. Pero se recompone enseguida y con toda su gracia andaluza responde:

- Ah, pues yo hetero no soy, eh.

Sofía ríe con los ojos y coge su mano.

- Sí, cariño, ya me he dado cuenta.

Una hora más tarde y algo achispadas por el alcohol salen a la calle. Es hora de retirarse. Se besan como antes pero esta vez se atreven a tocarse un poco más. Sofía le planta a Marta las dos manos en el culo y presiona un poco con la punta de los dedos, como tanteando ese suculento territorio. Luego atrapa con sus labios el labio superior de Marta. La lengua de la Sango hace una exploración profunda en la boca de la chica. Ríen con complicidad, gustándose.

- Por hoy nos despedimos, eh- dice Sofía, que quiere alargar el maravilloso momento que las separa del próximo paso-. Pero no te vayas a olvidar de mí...

***

Marta entra en casa y encuentra a Natalia, Alba y María tomando copas y viendo vídeos de youtube en el salón. Las tres levantan la vista expectantes y Marta se pone a bailar Thriller de Michael Jackson.

- Martucaaaa, de dónde vienessss - pregunta María, que sabe de sobra de dónde viene.

- De First Dates -responde Marta toda seria sentándose con ellas.

María carcajea y luego dice:

- ¿Pero os habéis besado o qué?

- Eso, cuenta, cuenta -pide Natalia.

- Pos claro, tía.

- Marta, queremos detalles. ¿Ha sido un pico o un beso con lengua?

- Con lengua, hijas de puta.

María está muy cerca de Marta, con la clásica cara risueña que siempre pone en estos casos. Reinan el alboroto y la curiosidad.

- ¡Marta, tía, tu primer beso, momento histórico! ¿Qué has sentido?

- ¿Que qué he sentido? ¿En ese momento? Que podría haber cortado una plancha de vidrio con los pezones.

María se tira al suelo a reírse. Cuando se recupera dice:

- Es monísima. He visto la entrevista que te hizo... ¿No tienes otra foto de ella que se la vea de frente?

- No... ah, espera, su foto de perfil de whatsapp.

Marta coge su móvil, entra a whatsapp, pulsa el icono de Sofía y le pasa el teléfono a María. María mira la foto y dice absorta:

- Monísima, sí.

Entonces, aprovechando un momento de despiste general, María, con el teléfono de Marta en la mano y el chat con Sofía abierto escribe:

SEND NUDES.

Luego el móvil entra en reposo, lo suelta en la mesa y Marta no lo mira más.

Albalia y la máquina del tiempoWhere stories live. Discover now