3. Albalia es real

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III. 20 de diciembre 2.18 am. Salón de fiestas, hotel de Terrasa.

Acaban de volver del chat de la gala final y están en el hotel con el equipo y los familiares tomando la primera copa.

Marina saca su móvil y llama a Alba y a Natalia. En la pantalla aparece un canal de youtube.

- Tenéis que ver esto, son los vídeos de Wartanera.

- Warta who?

Natalia y Alba, con las caras muy juntas, ven varios vídeos, unos veinte minutos en total.

- Es que es muy fuerte la narrativa, tías, como para no shippearos, sabes.

Marina había esperado con ansia el momento de enseñarles esos vídeos cortos y numerados, ordenados por días, de pocos minutos de duración cada uno, editados de tal manera que cada uno de ellos gritaba: ALBALIA ES REAL.

- Parecemos supernovias, dijo Natalia ante semejante contenido. Después, colocándose el flequillo y alzando las cejas, añadió:

- Es que como que está super sacado de contexto.

Besitos, abrazos, carantoñas de todo tipo.

- La peña estaba deseando que os comierais la boca, farfulló Marina mascando chicle.

Belena, que llevaba un rato observando aquella escena, se acercó a las chicas y tratando de quitarle importancia a lo que quería decir por fin se animó.

- Se ha comentado mucho la manera en que mirabas a Alba, Natalia. En una época empezó a decirse que era super obvio que estabas pillada por el Furby. Que disimulabas fatal y tal.

- ¿Pero es que la gente no se da cuenta de que si fuéramos novias no tendríamos ningún problema en decirlo?- dijo Alba con cierto cabreo.

- Real... corroboró Natalia.

- Tía, es que es imposible dejar de mirarte. Tienes unos ojos tan impresionantes que es difícil apartar la mirada, te quedas como hipnotizada -dijo Belena, que estaba enamoradísima de las dos-. Tienes algo que ha hecho que la gente te ame. O sea. Tus fans es que son super incondicionales. Te querrían igual aunque cantases solo cumbias y pasodobles. Rechistas radicales se llaman.

- Es que cómo no van a amar a esta mujer, exclamó Natalia, y tomando al Furby por la barbilla le estampó en la mejilla un beso sonoro. Acto seguido se levantó y se fue a donde estaba Miki. El pobre estaba hecho polvo. Al salir del programa se encontró con que Helena le había dejado. "He estado viendo el directo y a mí no me engañas. Mikalia es real. Y aunque no lo sea. Me he sentido como una cornuda viéndoos. Paso, Miki, de verdad...".

El dj subió la música: Yo ya no quiero ná. ¡Chucu chucu chú, chucu chucu chú! Los decibelios del hit de Lola Índigo obligaron a la gente a hablar a gritos si querían oirse.

Marta empezó a bailar provocativamente mientras se filmaba. Quería subir una instastory. María la vio y se unió rápidamente. Juntó sus caderas a la de ella en un movimiento sensual. Marta alzó su copa.

- ¡Martia es real! ¡Te via comé toel coño, Mari!

María empezó a reír con la boca abierta y como a cámara lenta. Después se grabaron juntando las lenguas para subirlo enseguida.

Parodiando al fandom exclamaron:

- ¡El contenido que merecemos!

- ¡Eres icónica!

- ¡Písame la cara!

- ¡Aráñame con esas uñas!

Qué bien se lo pasaba Marta en las fiestas, siendo el centro de atención. Qué ganas tenía de salir del armario y comerle el coño a María o a quien fuera. Pero su madre le había dicho que tenía que ser hetero. Y le buscó a un chaval que recibía 100 euros al mes por fingir ser su novio. Se veían y se hacían una foto en la playa de Torre del Mar. Les pagaba una comida en Goiko Grill con la condición de que subieran el contenido. Qué encoñamiento había tenido con Natalia. Le cantó una ópera y todo. Se la hubiese comido entera la semana de The Scientist. Menos mal que nadie parecía haberlo notado. Martalia fue una palabra que nadie escribió jamás.

Alba se había quedado sola, pensativa en una esquina. Antes de que la Rafi llegara a donde estaba para achuchar a su niña por enésima antes de irse a la habitación, pensó en lo que acababa de pasar hacía poco más de una hora. Joder, Natalia no había ganado. Qué sorpresa y qué decepción. Famous se lo merecía, pero... ¡puto Famous! Se pasó las palmas de las manos por su pantalón de camuflaje. Qué ganas de una cerveza, nena.

Albalia y la máquina del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora