Capítulo 4

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Jaymes Young - I'll Be Good

GEMMA

—¿Por qué debes de ser tan tierno? —inquiero en dirección al pequeño entre mis brazos, Dylan sonríe y aplaude con sus dos manitas regordetas.

—Porque es mi hijo —dice Layla a mi lado, le sonrío y le paso al bebé cuando este extiende sus manos en dirección a su mami.

Observo cómo lo toma entre sus brazos y le da un beso en cada mejilla, mientras él se echa a reír. Estamos en el aeropuerto, venimos a acompañarlos a ella y a su esposo Derek, ambos se marchan a New York, estaban de visitas, pero ya deben volver a sus trabajos.

Voy a extrañar jugar con los bebés.

—Deberías pensar en abrir una galería aquí —dice Anne, mientras se engancha en mi brazo y mira hacia su mejor amiga de toda la vida, es bonito ver que, aunque ambas se distanciaron durante años, han vuelto a ser amigas—. Así tendrías una excusa para venir.

Layla le sonríe y la ve con adoración, mientras que su esposo a su lado sonríe con arrogancia mientras tiene a su hija, Dakota entre sus brazos. Ellos son una pareja muy peculiar, pero se aman y son felices.

—¿Ya nos extrañas, Anne? —inquiere Derek, sus ojos grises brillan de diversión y burla.

—Mi prometido es un egocéntrico y tú eres igual, ¿sabes lo difícil que es convivir con dos hombres con el ego hasta las nubes? —inquiere con burla y después sonríe—. Voy a extrañar a los pequeños que están entre sus brazos, no a ti.

—Porque salieron a mí —dicen la parejita al unísono y me echo a reír.

Los bebés tienen los ojos grises de Derek y el cabello castaño de Layla, la tez de los pequeños es como bronceada; son café con leche, debido a que Derek es blanco y Layla es morenita.

—Ya puedo imaginarlos de grandes y siendo como sus padres. —Miro a Layla—, una come libros como su mamá y unos egocéntricos como su padre. —Achino los ojos hacia Derek, quien sonríe de oreja a oreja—. Pero quizás no sean un caos y sean una buena combinación.

—Yo no soy egocéntrico—dice el pequeño Timmy tomado de la mano de Anne, sus ojos caramelo se elevan hacia mí y ladea la cabeza hacia un lado—. ¿O si lo soy, tía Gem?

Le sonrío y acaricio sus rizos con mi mano, desordenándolos. Amo cuando me dice tía, es un placer que inunda mi pecho y hace que mi corazón se retuerza con ferocidad.

—No lo eres, cariño —musito—, pero algo me dice que dentro de unos años quizás lo seas.

Anne se echa a reír y golpea mi mano, mientras niega con la cabeza. Por los altavoces anuncian el vuelo de la parejita y ambos se despiden de nosotros. Voy a extrañar a los gemelos, son unos bebés adorables, tiernos y provoca morderles las mejillas y comérselos a besos.

Cuando ambos se pierden en las puertas para abordar nosotras nos marchamos en dirección al auto.

—¿Crees que sería mejor que yo comenzara a planear mi boda o dejo todo en manos de la organizadora? —inquiere Anne.

—Deja que la organizadora te de sus ideas y si no te gustan las moldeas —me encojo de hombros—. Eres una diseñadora de interiores, tu boda será genial.

Sonríe de lado y asiente con la cabeza.

—Lo será, quien diría que iba a terminar casándome con Owen.

Me encojo de hombros.

—Si Less estaría aquí diría que ella ya lo sabía, pero no te lo dijo para que no te asustaras.

Más allá de su mirada©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora