Capítulo 26

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Maybe it was me- Sody


GEMMA

—Tienes una sonrisa muy grande en tus labios —dice Anne a través de la pantalla.

Me rio por lo bajo y niego con la cabeza mientra me termino de arreglar para la cena que Chad dijo que tenía planeada. Me siento bien, realmente lo hago. Me había quedado dormida luego de comer y conversar con él, y cuando desperté su mano estaba acariciando mi cabello, mientras me observaba con cautela.

—Eso se llama felicidad.

Sus ojos me observan por un breve momento y luego asiente con la cabeza.

—Es bueno verte así de feliz —dice algo insegura y luego añade—. ¿Vas a hablar con Chad?

Niego con la cabeza y dejo salir un suspiro. Le había dicho que le diría lo del bichito en el viaje, no quiero tener secretos, no quiero tener algo que pueda rompernos en miles de pedazos. Si quiero que esto funcione, debo dejar salir todo o no podré avanzar, no podremos estar bien.

No cuando hay secretos de por medio.

—Lo haré en la cena —musito—. O quizás lo haga mañana, todavía tengo tiempo.

No dice nada y la escucho suspirar. Vuelvo la mirada hacia la pantalla y la observo cabizbaja, está jugando con sus dedos y me acerco a la pantalla del teléfono. Apoyo mi codo sobre la mesa y dejo caer mi barbilla sobre mi palma abierta.

—¿Tus padres se enfurecieron al saber que te habías casado sin decir nada? —pregunto.

Su mirada sube hacia la cámara y niega con la cabeza. Una sonrisa se desliza por sus labios y su cabeza se inclina hacia un lado.

—Todo lo contrario, se emocionaron.

—¿Entonces por qué tienes esa cara?

Me mira fijamente y la sonrisa desaparece poco a poco de su rostro. Luego vuelve a bajar la mirada y niega con la cabeza.

—¿Sabes lo mucho que me importas?

—Lo sé.

—Entonces sabrás que siempre voy a preocuparme por ti y no quiero que hagas nada tonto. No puedo perderte, no ahora, y tampoco creo que pueda soportarlo nunca, no cuando necesito a alguien a mi lado sosteniendo mi mano.

Frunzo el ceño.

—¿Por qué me perderías?

Sus ojos ven hacia la cámara y una sonrisa triste se desliza por sus labios. No es necesario que hable, sé que se refiere al tema de mi madre y esta vez soy yo la que aparta la mirada hacia otro lado.

—Si ella volviera y quisiera arreglar las cosas. ¿La dejarías volver?

Su pregunta me toma por sorpresa. Volver. Siempre quise eso, pero sobre todo, siempre he querido saber la razón ante su cambio, cosas que sigo sin comprender. Si, fue cruel conmigo durante años, y aunque había veces en las cuales creía que había algo en sus ojos diferente, la mirada indiferente volvía.

Nunca me golpeó, nunca me agredió de manera física, pero me hizo sentir pequeña, hizo que no supiera lo que era sentir el amor de una madre. Y ahora, cuando parece estar devuelta, es tan confuso. No quiero aferrarme y que luego me suelte. No soportaría si ocurriera, no creo que pueda seguir esperando su amor.

—No puedes cambiar tu pasado —musito por lo bajo—. Pero si puedes cambiar tu futuro. La dejaría entrar, dejaría que volviera con una condición.

Más allá de su mirada©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora