Capítulo 31

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The Weeknd - Angel

CHAD

Percibo un goteo, resuena por el lugar o quizás estoy cerca de este, mi cabeza gira hacia los lados y veo borroso mientras me arrastran, sigo sin saber dónde estoy o qué horas es, se siente como si hubiera estado encerrado durante días, o quizás fueron largas y eternas horas. El dolor en mi cuerpo es real, se siente como si un tractor me hubiera pasado por encima.

Tengo una mordaza cubriendo mi boca, mis ojos siguen inflamados, siento el rostro pegajoso por la sangre seca. Me han golpeado tantas veces que ya no sé la cuenta, he perdido la conciencia muchas veces, he dejado de estar consciente de mi cuerpo, no siento nada.

No he escuchado a Gina, no la he visto en los cortos lapsos de tiempo que me he despertado, no hay nada entre mis recuerdos. Mi cuerpo es lanzado con violencia hacia el suelo, un grito de dolor queda atascado en mi garganta y siento como las lágrimas por el dolor que azota mi cuerpo quedan atrapadas en mis ojos, alguien me toma del cabello y comienza a tirar de el; arrastrándome por el suelo.

Me muevo con brusquedad en un intento de librarme pero no soy capaz, con vehemencia me colocan boca abajo y lo siguiente que siento es el agua perforando mis fosas nasales. Mi cuerpo reacciona de forma violenta, el aire escapa de mis pulmones y el ardor se desliza por mi pecho, cuando creo que la vida se va a escapar de mi cuerpo soy sacado del agua, solo soy capaz de respirar una leve cantidad de aire antes de volver a ser sumergido.

No soy consciente de cuántas veces soy sumergido y luego sacado, pero son las veces suficientes como para que puntos negros bailen en mi campo de visión, girando hacia todas partes y dejando todo negro por unos largos segundos. Toso con fuerza y busco aire para llenar mis pulmones, parpadeo varias veces para adaptarme a la luz del lugar y observo unos pies caminando hacia mí, aunque es borroso.

Escucho voces lejanas y luego todo es silencio. Me quitan las mordaza y escupo el agua que aún quedaba en mi boca, mientras que mis pulmones buscan de manera desesperada oxígeno, lamo mi labio inferior y me hago un ovillo en el suelo. Vivir cuesta, duele, es agotador.

—Mirate, primito, eres una cucaracha —dicen con burla.

Lo veo, alzo mis ojos y lo veo, observo el rostro de Marc sonriendo con satisfacción y dejándome saber que justo ahora, en estos momentos él tiene la ventaja sobre mí, que es él quien puede ganar, que yo soy quien está en desventaja.

—Hijo de put...

Una patada es insertada en mi estómago, gruño del dolor y me retuerzo en el suelo, sintiendo como el oxígeno escapa de mis pulmones, como el mundo da vueltas a mi alrededor y todo se vuelve inestable. Estoy débil, agotado, no creo poder seguir aguantando más tortura, más golpes.

—No olvides quién tiene el poder, Chad —murmura con una sonrisa de satisfacción que poco puedo ver.

—¿Te sientes el rey, Marc?

—Lo soy.

Sonrío, lo hago lento y perezoso, aunque hacerlo hace que los músculos adoloridos de mi rostro se estiren y duela, pero aún así, lo hago, sonrío lo más amplio que puedo y una carcajada sale de mis labios, actuo como si tuviera algo de control en medio del infierno, aunque la realidad es que las llamas están a punto de consumirme.

—¿Por cuánto tiempo lo será? ¿Eh? Todo el mundo sabe que me odias, sabe que eres un criminal y tu cabeza está en la lista de buscados del país —trago saliva y toso—. Dime, ¿por cuánto tiempo crees que vas a permanecer seguro? ¿Un día? ¿Una semana? ¿Tal vez horas?

Hay silencio, uno largo y sé que he dado en el blanco. No, no está libre de todo mal, la policía lo tiene en la mira, el FBI lo tiene en la mira, es hombre muerto, no podrá escapar de refundirse en la cárcel. Así sea lo último que logre, él no va a estar libre en la calle.

Más allá de su mirada©Where stories live. Discover now