Capítulo 25

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Lauv-Never not

GEMMA

Las personas son grandes misterios, algunos de ellos guardan secretos enormes, otros se protegen del dolor, otros huyen, cada uno actúa a su manera.

Encuentran la manera de sobrevivir.

No puedo decir que soy un misterio, no cuando siempre intento mostrar una mejor versión de mi, intento mostrarme tal cual soy. Aunque sé de antemano que el dolor es capaz de cegar, consumir, destruir la poca luz que titubea por mantenerse encendida.

Sin embargo, últimamente siento que soy un reloj de arena, cada grano de fuerza que en mi queda va cayendo, mi mente no puede mas y solo quiero huir, quiero correr lejos y poder respirar con calma.

Me estoy cansando de estar aquí.

Estoy cansada de ser yo.

Siempre fuerte, siempre sonriente, siempre una farsa. No soy nada de eso, apenas puedo estar en pie, apenas puedo caminar sin importar el dolor.

Escucho el tintineo de la campana que hay en la entrada de la puerta y mis ojos visualizan a un Chad sonriente saliendo. Su cabello se ve más rubio cuando los rayos del sol chocan contra sus hebras, se acerca a mi con calma y extiende la paleta de helado.

—Es de fresa, su majestad. Ya que no le gusta las de limón.

Le sonrío.

—Soy dulce, no amarga —musito con un tono de voz divertido.

Él sonríe y asiente. Inclina su cabeza brevemente antes de dejar un casto beso sobre mis labios. No se aparta por completo, sus ojos buscan los míos y una pequeña sonrisa se extiende por su rostro.

—Sí, definitivamente eres dulce como la miel.

Se aparta sonriente y camina en dirección de la bicicleta que está apoyada a una pared, la recoge y se monta en ella. Luego abre su helado y comienza a comer.

—¿Lista? —inquiere sonriente.

Él es un misterio. Es de esa clase de misterio que quieres resolver pero te da miedo saber el resultado, tienes miedo del daño que te puede causar. Y eso es lo que más temo, que lo que sea que esté ocultando nos rompa. Porque no quiero que terminemos de esa manera.

No quiero que él salga de mi vida.

Porque no deje de amarlo, no deje de sentir las mariposas en mi estómago. No deje de sentir los nervios.

No lo deje atrás, solo me obligue a no demostrar lo que siento.

—¡¿No vienes, cielo?! —lo escucho gritar.

Está a pocos metros de mí. Sus ojos se enchiquitan en mi dirección debido a que el sol le da en todo el rostro. Sí, él es un misterio, es alguien que oculta algo y cuando lo descubra temo que rompa mi corazón, temo no ser capaz de perdonarlo, temo sacarlo de mi vida aunque eso duela.

Quiero amarlo, hacerlo bien, pero el pasado, los miedos y los secretos están logrando que no avancemos. Que lo que habíamos avanzado, se vea pequeño ahora.

Parpadeo varias veces y me obligo a sonreír. Solo por estos días, solo quiero ser feliz y olvidar todo. No pasado, no dolor, no tristeza. Solo felicidad.

—¡Allí voy! —grito de regreso y abro el helado para comerlo mientras manejo la bicicleta.

Comienzo a pedalear en su dirección. Las hebras de mi cabello se comienzan a menear hacia los lado debido al aire, ambos vamos a la par, luego él comienza a ir delante de mí para guiarme.

Más allá de su mirada©Where stories live. Discover now