•°Inazuma Eleven°•[Paolo Bianchi/Fidio Aldena x Oc]

CAPÍTULO 4:DÍA LIBRE

Pov Anissa

—¡Hip hip, hurra! —exclamamos casi todos al unísono al momento de la cena.

Hoy por la mañana había sido nuestro partido contra Inglaterra, el cual habíamos ganado.
Ahora ya era la hora de cenar, y todos seguíamos celebrando nuestra primera victoria en el torneo.

—¡Anissa, es la vigésimo quinta vez que dices eso! —rió Tsunami divertido.

—Pues otra más: ¡hip hip hurra! —volví a chillar.

Todos rieron con gracia. Pero cuando el entrenador Kudou y el señor Hibiki se levantaron de su asiento, todos callamos queriendo saber sus próximas indicaciones.

—Felicidades por haber ganado vuestro primer partido, —empezó a decir el señor Hibiki. — pero recordad no confiaros y permaneced centrados.

—¡Si!

—Nuestro siguiente rival es Argentina. —siguió el entrenador Kudou. —Al contrario que Inglaterra, que se centraba en el ataque, Argentina es un equipo con una gran baza defensiva.

Inmediatamente me acordé de aquel chico grandullón del campo de entrenamiento. Ese chico fanfarrón al que amenacé con mandarlo al hospital.
No me caía muy bien.

—A partir de mañana empezaremos a entrenar. O eso me gustaría decir...

El entrenador Kudou miró a su hija, y todos volteamos a verla confusos. La pobre Fuyuka se revolvió en su asiento, nerviosa por tanta atención recibida.

—¿Qué ocurre? —preguntó mi hermano.

—Mañana, a petición de Fuyuka, tendréis el día libre. —indicó el señor Hibiki.

Todo el equipo exclamó de jubileo, y yo me lancé a abrazar a mi amiga de la infancia exclamando un fuerte:
—¡Eres la mejor!

¡Mañana sería un gran día!
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Nuestro día libre fue muy variado.

Algunos miembros del equipo habían aprovechado para ir a la playa a refrescarse. Obviamente entre ellos estaba Tsunami, acompañado por su buena amiga la tabla de surf.
Otros fueron a visitar nuestra propia área e ir de compras, que fueron la mayoría de miembros del equipo.

Por mi parte, no tenía intención de quedarme en mi área o en la playa. Simplemente tomé mi credencial como jugadora, la cual me identificaba como participante del torneo y me permitía viajar gratis a cualquier parte de la isla, y tomé el primer autobús sin saber a donde llevaba.

Observé maravillada el cambio de paisaje. Los templos tradicionales japoneses desaparecieron, y en su lugar aparecieron casas de fachadas de colores lisos con persianas.
"Próxima área: España" —anunciaron por megafonía.

El área española era impresionante, lleno de colores y música.
Anduve bastante rato en aquel lugar, quedándome maravillada ante el baile flamenco de una bailarina de la plaza principal de aquella zona, acompañada de un par de músicos con sus guitarras.

—¡Ole! —exclamamos todos, tanto los músicos y la bailarina, como el público, cuando la chica terminó el espectáculo.

(N/A:Por una parte me duele representar así mi propio país, por otra me hace gracia. )

Aquella mujer recogió el clavel rojo de su cabello perfectamente peinado -era sorprendente que con todo lo que se había movido, siguiese con el pelo perfectamente recogido- y lo tiró al público. Conseguí tomarlo, como recuerdo de aquella bonita experiencia.

El próximo autobús que cogí, me llevó al área brasileña.
Si en España había baile, Brasil había el doble de baile.
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El área brasileña era ruidosa, y en la calle central del lugar se estaba llevando a cabo uno de los desfiles del carnaval. Me asomé entre las personas, viendo a las bailarinas bailar con sus trajes coloridos y extravagantes acompañadas de los músicos.
Sonreí disfrutando el espectáculo, hasta que en ese momento, entre el público, me percaté que había alguien con una zona vip. Nunca había visto una zona vip en un desfile, por eso me llamó la atención.