CAPÍTULO 15:EL JARDÍN CELESTIAL

1.2K 78 39
                                    

Pov Anissa

Debías...estar...jodiéndome.

Observé a mi alrededor, intranquila por la calma que había en aquella habitación. Me dolía bastante la cabeza, pero recordaba perfectamente lo que había ocurrido. Me encontraba en el campo del albergue, a punto de jugar una pachanga con mi equipo y amigos, cuando de pronto un extraño apareció en el campo después de que mi pulsera y la de Haruna empezase a brillar. Lo último que recordaba era el tacto de los dedos de aquel ser en mi frente. Después fui secuestrada.
Debía haber pasado una hora, ya que mi estómago ya rugía por el almuerzo, así que había terminado despertándome en una habitación bastante grande. No sabía exactamente dónde me encontraba, pero tampoco me iba a quedar para descubrirlo.

Me levante de la cama rápidamente. A un lado se encontraba una ventana, así que la abrí sin dudar dejando que una ráfaga de viento me golpease. ¿Porque dejarían la ventana abierta? Si secuestrabas a alguien lo ideal era retenerlo en un sótano sin escapatoria, no en una habitación con una ventana. Cuando bajé la vista, comprendí porque. La altura era descomunal, saltar por la ventana terminaría en Sofía espachurrada en el suelo.

Escuché pasos en el pasillo, así que ahora escabullirme por la puerta tampoco era una opción. Miré alarmada a mi alrededor, tratando de encontrar una arma que me ayudase a defenderme. Encontré un jarrón.

—Bueno, no es la sartén de Rapunzel, pero serivrá. —comenté, tomando el objeto y escondiéndome detrás de la puerta, para ocultarme cuando mis secuestradores entrasen en la habitación.

Escuché, con el corazón en un puño, la puerta abrirse y vi a un chico entrar. Era un chico alto, de cabellos azules y alas de ángel en sus espaldas. Seguramente se sorprendió al ver la habitación vacía.

—¿Reina? —dio unos pasos.

Nada más lo tuve a tiro, alcé el jarrón y le di en toda la jeta. No me detuve a comprobar si le había matado o no, nada más dejar caer el objeto, salí corriendo por la puerta como alma que llevaba el diablo. Aunque iba como pollo sin cabeza, buscando la salida del lugar.
Y, cómo no podía ser de otro modo debido a mi mala suerte, cuando doblé una esquina, me choqué con alguien. Y por desgracia no fue Paolo. Frente a mi se encontraba un ángel algo de cabello rosado verde y nariz grande.

Mierda, debí haber cogido otro jarrón...

Terminó agarrándome como saco de patatas, y por mucho que patalease y le tirase del cabello, aquel ser no me soltó. Caminó hasta terminar de nuevo en la habitación en la que me había despertado.

—¡Soltadme! ¡Os digo que me soltéis! ¡Valgo menos que una cabra! ¡Me alimento a base de nuggets de pollo, no estoy rica! —empecé a chillar.

No sirvió de nada. El chico al que le había dado un jarronazo, se había despertado, pero no parecía especialmente herido. ¿Cómo? ¡Si le había dado un jarronazo en la cabeza! La única explicación era que tenía la cabeza de Tanjiro.
Pensé que me iba a chillar o amenazar o algo por el estilo, sin embargo me miró con neutralidad. Para nada molesto por lo que acababa de ocurrir.

—¿Se encuentra bien, mi reina? —me preguntó, viéndome ser sentada en la cama casi obligada. —Siéntese, enseguida le traeremos una hidromiel.

—¿Cómo no estás muerto? —pregunté de vuelta. —Y a mi no me vas a dar nada.

—Tranquila reina, entiendo que lo ocurrido anteriormente haya podido ocurrir debido a una taque de histeria femenina.

—¿Histeria femenina? —tomé aire profundamente por la nariz. —Te voy a dar a ti histeria femenina.

Estaba decidida a darle otro jarronazo, pero en aquel preciso momento, más de aquellos seres entraron en la habitación empujando un carrito de catering. Había bastante comida, casi como si fuera un banquete.

•°Inazuma Eleven°•[Paolo Bianchi/Fidio Aldena x Oc]Where stories live. Discover now