•°Inazuma Eleven°•[Paolo Bianchi/Fidio Aldena x Oc]

CAPÍTULO 11:FUYUKA ONO

Pov Anissa

—¡El entrenamiento se ha terminado, hora de descansar!—anunció el entrenador Kudou

Todos paramos de patear los balones y nos acercamos al banquillo para poder descansar a gusto mientras las gerentes nos daban nuestra botella de agua. Algunos charlaban animadamente, y otros trataban se centrarse en recuperar el aliento perdido tras horas de entrenamiento intenso.

Dentro de poco nos tocaba jugar contra Orpheo, el último equipo al que debíamos enfrentarnos del grupo A. Estaba bastante emocionada por querer jugar, pero a su vez sentía un sentimiento bastante extraño dentro de mi. No sabía como identificarlo si tenía que ser sincera.

—Anissa, toma. —Fuyuka se acercó a mi, tendiéndome mi botella de agua.

—Gracias Fuyuppe.

Tomé la botella, percatándome que en uno de los laterales de la botella había un dibujo. Todos se habían percatado que sus botellas parecían ser distintas a lo habitual.

—Wow, mi botella es la más grande. —comentó Kabeyama viendo la suya.

—Es una botella especial para ti. Ya que tienes un cuerpo más grande debes hidratarte más. —le explicó nuestra gerente de cabellos violetas. —Toma Kogure.

—Gra- ¡ah! —exclamó el más bajo del equipo viendo como en su botella había una rana de plástico.

Todos nos reímos divertidos por como Kogure había caído en su propia broma.

—Se que te gusta hacer bromas, y creo que esta te vendrá de maravilla. También hice bebidas especiales para cada uno.

Miré con más detenimiento mi botella, en ella había una pegatina de dos chicas bailando. Miré extrañada a Fuyuka, que seguía repartiendo botellas.
Cuando éramos niñas, muchas veces quedábamos en la casa de la otra y realizábamos concursos de disfraces y cantábamos las canciones de Hannah Montana. Mamoru siempre terminaba arrastrado a nuestros concursos actuando como juez. Me acuerdo que una vez le pegué porque me dijo que estaba horrible con la peluca rubia y los tacones de mamá.
Pero Fuyuka no se acoraba de esas cosas, ¿entonces por qué me había puesto aquella pegatina?

—¡Se acabó el descanso, volved a la cancha!—anunció el entrenador.

Obedecimos sin rechistar, volviendo al campo a entrenar. Saliendo de este al cabo de unas pocas horas. Después de darnos una ducha todos bajamos al comedor a cenar y después de descansar.

—¡Gracias por la comida!—exclamó Tsunami cuando terminamos de cenar.

La verdad, la cena estaba tan deliciosa como siempre, no es de extrañar que todos comieramos con ansias. Especialmente si después de cada entrenamiento terminábamos agotados.

—Te faltan las zanahorias—comentó Fuyuka al ver las verduras anaranjadas aún en el plato del amante del mar.

Ante las palabras de la chica, el surfista hizo una mueca de desagrado, como si la idea de comerse las zanahorias fuera una tortura.
—Es que...no me gustan—confesó

—Si no te las comes no tendrás los nutrientes que necesitas.—reprendió la de cabellos violetas—Pero tengo otra solución—sonrió desapareciendo unos momentos a la cocina, y al volver vimos que ponia un pedazo de gelatina naranja sobre la mesa—Gelatina de zanahoria, la raye y endulce para que fuera mas fácil de comer.

—Humm...—aun asi Tsunami miró la gelatina con desconfianza, hasta que se atrevió a darle el primer bocado debido a la insistencia de la mirada de la gerente—¡Esta delicioso!

—Me alegro, espero que asi te acostumbres y en algún momento comas las reales—sonrió de manera alegre al saber que su plan había funcionado.

—Las bebidas y la gelatina,¿Que sera lo próximo?—preguntó Kazemaru con una sonrisa—Te estas esforzando mucho para volverte una gran gerente.
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A la mañana siguiente nuestro entrenador nos había organizado un partido amistoso de entrenamiento con el equipo nacional español, el cual se encontraba en el grupo B y en una situación parecida a la nuestra. Necesitaban ganar su último partido si querían clasificarse para la semifinal.
Estuvimos toda la mañana practicando contra ellos, una práctica que nos vendría bastante bien para prepararnos para nuestro próximo partido contra Italia.