CAPÍTULO 24:LA AYUDA DE ORPHEO

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Por Anissa

Nos reunimos todos alrededor del entrenador Kudou, dispuestos a escuchar sus palabras para dirigir el entrenamiento.
Faltaba poco para la final, y debíamos entrenar intensamente para poder estar preparado para ello.

Justo a su lado estaba Natsumi, mirándonos a todos con su rostro impasible.

—Quiero informar que a partir de hoy Natsumi Raimon se unirá al equipo como manager. —informo el entrenador.

Todo el mundo empezó a murmurar cosas. En cierto modo, aun le guardo rencor por lo que ocurrió con Orpheo. Sabía que era su deber como analista, pero pudo haber sido un poco más blanda por lo menos. Pero agua pasada no mueve molinos.

Mamoru dio un paso adelante, alargando la mano para estrechársela con la de Natsumi, sonriéndole.
—Es bueno volver a tenerte en el equipo—sonrió, todos también lo hicimos. Natsumi volvía a ser parte del equipo—¡Ahora todos a entrenar!

Volvimos al campo, dispuestos a empezar a entrenar de una vez por todas. Las prácticas surgieron con un espíritu apasionado.
Tras casi dos horas de correr por el campo de lado a lado, dándole patadas al balón, me acerqué al banquillo para tomar un sorbo de agua.

—Gracias—le agradecí a Haruna al ver como me daba la botella de agua, a lo que la cogí

Tardé unos segundos mirando el objeto, sumergida en mis propios pensamientos. Las palabras del abuelo no desaparecían de mi cabeza.

Gan shan dwan...Gan shan dwan...

—¿Ocurre algo Anissa?—me preguntó Haruna al verme parada en el banco de manera pensativa.

Alcé la cabeza, con una sonrisa.
—No nada, solo que mi cabeza está a rebosar de ideas—le guiñé un ojo cómplice.

Las palabras Gan shan dwan, darán origen a más de una nueva super técnica.

Pov Fidio

Observé el techo de mi habitación, inspeccionándolo con la vista aunque mi mente estuviera en otro sitio. Odiaba repetir en mi cabeza el momento en el que perdimos el partido, pero parecía que el recuerdo no quería cesar.

El sabor amargo de la derrota no se iba de mi cuerpo.
—Lo siento....no podré jugar con ustedes en la final...—murmuré al silencio, como si de ese modo me disculpase con Mamoru y Anissa.

Me levanté de la cama, saliendo de la habitación con la cabeza gacha. Bajé al comedor para poder comer, y allí vi a mis compañeros de equipo igual de desanimados que yo. Todos seguíamos en decadencia, nadie había probado un bocado de la comida.
Me senté al tener mi plato de espaguetis frente a mi, pero no le di ni un bocado. No tenía ni un poco de apetito.

En ese momento Gigi se levantó aporreando con sus manos la mesa, todos lo miramos sin decir nada.
—¡Vamos chicos!, ¿estáis conformes en terminar esto de este modo?—nos miró a todos—Porque yo no.

—Te guste o no nuestro paso por el FFI ha terminado— dijo con obviedad Raffaele.

Todos agacharon la cabeza, yo incluido.

—Es cierto, aunque hemos quedado entre los tres mejores del mundo, pero siento que aún tenemos algo que hacer.—confesó

Llevé mis manos a mi rostro, tratando de controlar mis emociones al pensar en los mellizos Endou.
—Tienes razón, yo quiero arreglar las cosas con Anissa y Mamoru...—murmure poniendo mis manos en el rostro.

Dios, Anissa, ¿cómo voy a poder mirarla a los ojos? De seguro estará decepcionada de mi, va a romper conmigo, de seguro me odia... De tan solo mirar su rostro me aterraba, la idea de que me mirase con indiferencia y no con esos ojos amorosos de siempre me aterraba profundamente.

•°Inazuma Eleven°•[Paolo Bianchi/Fidio Aldena x Oc]Onde histórias criam vida. Descubra agora