CAPÍTULO 22:LA CAÍDA DE ROMA

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Pov Anissa

Volteé a ver a mi hermano, sin parar de correr ni por un segundo.
—¡Vamos Mamoru, ya llegamos tarde!—le metí prisa

—¡Ya voy Anie, ya voy!—me respondió posicionándose a mi lado.

Empezamos a subir aquellas largas escaleras con forma de caracol que subía hasta llegar a lo más alto del gran estadio Cóndor, estadio que se parecía mucho a la famosísima Torre de Pisa, excepto por la inclinación.

Tenía una ligera sonrisa en mis labios. La última vez que estuve en el Estadio Cóndor era para jugar contra Itália, aunque por accidente terminé besándome con Fidio y confesándonos nuestro amor. Le tenía un gran cariño a aquel estadio.

Le habíamos pedido permiso al entrenador Kudou para ir a ver en persona el partido de Orpheo contra The Little Gigant , el equipo del Congo. Pero, como era habitual en nosotros, siempre llegábamos tarde a todos sitios, y esta no era la excepción. Nos habíamos despertado muy tarde así que al darnos cuenta de nuestro descuido nos vestimos a toda prisa y fuimos al estadio, seguramente el partido ya estaría terminando pero por lo menos queríamos ver ese final con nuestros propios ojos.

Al fin logramos subir las tropecientas escaleras que tenía aquel estadio, y salimos a las gradas viendo como todos los espectadores murmuraban inquietos. Extrañados, observamos el campo de futbol, pero son sorprendidos al ver como el marcador indicaba un 8-0. Orpheo había perdido, no había logrado clasificarse.

Me quedé paralizada en el sitio, incapaz de comprender cómo aquello había sucedido. Sentí un escalofrío en mi cuerpo.
—Debe haber algún error, ellos no han podido perder....—murmuré viendo al campo, donde los jugadores ya lo abandonaban.

T'he Little Gigant se íban con sonrisas despreocupadas, contentos de haberse clasificado para la final. Pero Orpheo se marchaba cabizbajo.

—Vayamos a hablar con ellos — me dijo mi hermano, a lo que asentí.

Él estaba serio y eso significaba que el resultado del partido también le inquietaba.

Nos dirigímos a los vestuarios, y, al llegar, llamamos a la puerta. Primero pasó Mamoru, y al darme el pase, para asegurarnos de que no vería a ningún chico en calzoncillos, -aunque no me importaría ver a mi novio en ropa interior- ,entré detrás suyo.

—Fidio...

—Hola Mamoru, hola Anissa...—nos saludo el castaño con una voz triste.—Lo siento, al final no pudimos ganar, me temo que no podremos vernos en la final...

Me senté en el banco, quedando a su lado y le tome la mano, percatándome de que estaba temblando. Y ese hecho solo me encogió más el corazón. Le di un apretón en su mano, apartando con la otra algunos mechones de cabello de su rostro. Tenía pequeños moretones en todo el cuerpo, producidos durante el partido en el que les habían machacado.

La culpa me invadió. ¿Acaso han perdido porque no entrenaron suficiente? De haber sido así, Fidio malgastó un día de entrenamiento para cuidar de mi en el hospital y en envolverlo en mis líos. Le podría haber mandado a su albergue, asegurándole que estaba bien, que podría cuidarme de mi misma sin problema alguno.
Yo también agaché la cabeza, pensando en lo que había hecho.
Pero, aún así, esto no podía ser posible. Orpheo era uno de los equipos favoritos a ganar. Era imposible que perdieran con lo buenos que eran.

—¿Que fue lo que ocurrió?—me atreví a preguntar mirando a todos.

Algunos agacharon más la cabeza, o tensaron sus mandíbulas. Les dolía mi pregunta, pero nosotros necesitábamos saber que diablos había pasado.

•°Inazuma Eleven°•[Paolo Bianchi/Fidio Aldena x Oc]Where stories live. Discover now