Capítulo IX: La maldición Bartlett-Rhydes

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El fic es de Sablesilverrain. La traducción es mía.
Los personajes son de J. K. Rowling, si fuera míos, las cosas hubieran sido algo -muy- diferentes.

El fic está completo; actualizaré cada semana.

P. D. Si aún no es obvio, esto es Slash -que significa ChicoxChico-, si no te gusta, ¡adiosito!

No debería tener que decirlo, pero este fic contiene escenas para adultos, lee bajo tu responsabilidad.

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-Es consciente de que le estás llevando la poción, pero no le dije cuál es el ingrediente principal -Lucius le dijo a Severus mientras conducía al pocionista a un salón en donde Narcissa estaba hablando en voz baja al hombre en cuestión.

-Sólo mantenga mis sugerencias en mente -dijo Narcissa ligeramente, acariciando la mano del Señor Oscuro antes de levantarse de su asiento en un remolino de faldas y pasar a Lucius y Severus cuando salía de la habitación.

-¡¿Con qué tonto consejo estás llenando su cabeza ahora, mujer ingobernable?! -Lucius espetó a su espalda en retirada.

-No es de tu incumbencia -respondió ella resueltamente mientras se daba media vuelta para hablar con él-. No eres una mujer, ni un Omega. Mi consejo es muy específico de género, y ya está, no lo necesitas -ella dijo, antes de volverse vuelta y alejarse.

Él tampoco lo necesita! -Lucius gritó detrás de su espalda.

-¡No estoy de acuerdo, querido! -gritó Narcissa sin volverse.

Lucius entrecerró los ojos y luego murmuró-: Mujer exasperante.

-Al contrario, la encuentro refrescante y es un placer tenerla cerca -dijo el Señor Oscuro desde la silla en la que estaba sentado.

Severus se arrodilló frente a él, murmurando «Mi Señor» y besando el dobladillo de su túnica.

La boca sin labios de Voldemort se curvó en una burla repugnante de sonrisa. -Ah, ¿trajiste la poción? -preguntó-. Puedes levantarte, Severus. Dime qué tuviste éxito en tu elaboración.

Severus sonrió. -Siempre lo tengo, Mi Señor -arrastró las palabras, sacando el gran frasco lleno de una brillante poción nacarada-. Esto le devolverá a su cuerpo anterior y volverá a ser como cuando tenía veintiuno. No pude volverlo mayor, por lo que algunas personas pueden no tomarlo en serio durante varios años, pero tiene un verdadero ejército para cumplir sus órdenes y eso asegurará que sus objetivos se alcancen -le aseguró al hombre.

Voldemort tomó la poción y abrió el frasco. -¿Algún consejo, o cosas de las que deba estar consciente antes de tomar esto?

Severus se encogió de hombros. -Intentaría no saborearlo -aconsejó.

Voldemort frunció el ceño. -Tantas pociones son un asalto a las papilas gustativas -suspiró-. Bueno, nada de eso, supongo. -Echó la cabeza hacia atrás y bebió profundamente, drenando el frasco.

Cuando la última gota pasó por sus labios, Severus se tapó las orejas.

Lucius frunció el ceño. -Qué en el nombre de Merlín... -El hombre comenzó antes de que un estruendoso grito de dolor llenara la Mansión. El hombre hizo una mueca y luego se tapó las orejas también.

El cuerpo de Voldemort estaba temblando violentamente, sacudido por convulsiones mientras los huesos y músculos se movían debajo de su piel. El pelo creció rápidamente en su cabeza y, asumió Severus, en otros lugares. El hombre que gritaba se deslizó de su silla, acurrucándose en la posición fetal en el suelo.

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