Capítulo XI: Jugando a la detención

3.8K 333 8
                                    

-Antes de que todos nos preparemos para ir a la cama, necesito hacer un anuncio -declaró Harry mientras sus compañeros de dormitorio se ocupaban en sus rutinas nocturnas.

Seamus se cruzó de brazos y se apoyó en el poste de su cama, mientras que los otros sólo miraron a Harry para demostrar que estaban escuchando.

Harry se sonrojó. -Está bien, um... soy un Omega, como todos ustedes saben, ¿verdad?

Todos asintieron.

-No veo porqué importa -murmuró Seamus, y Harry le lanzó una sonrisa agradecida.

-Bueno -comenzó Harry-, mi compañero, que permanecerá sin nombre por ahora -agregó, cuando Dean abrió la boca con una mirada burlona en su rostro-, me llevó a una tienda que vende algunas cosas de Omega. Cosas de encaje y seda, que ni siquiera sabía que usaban los Omega -agregó.

Seamus y Dean parpadearon de sorpresa.

Neville asintió. -Sí, muchos Omegas usan ropa interior y ropa de dormir de aspecto femenino -señaló suavemente.

Harry se lamió los labios. -Sí, bueno, no lo sabía. Mi punto es que voy a usar bragas en lugar de boxers y slips... y también, si abren los tapices de mi cama por las mañanas, me verán mucho más de lo normal. También me consiguió algunas cosas nuevas para dormir -explicó.

Dean se encogió de hombros. -Lo que sea. No vamos a reírnos de ti por cumplir con los estándares del Mundo Mágico. Tendremos que acostumbrarnos.

-Gracias, chicos -dijo Harry felizmente.

Seamus sonrió. -Entonces, ¿podemos ver la ropa interior nueva o tenemos que esperar hasta que la uses? -bromeó.

Harry rió y abrió su baúl. Sacó un par de encaje y uno de seda. -Hay dos de cada estilo, en diferentes colores. La ropa de dormir la verán cuando me cambie para la cama -dijo.

Neville echó un vistazo a las prendas. -Te quedan bien -dijo a la ligera-. No hay demasiados volantes. Sensibles y bonitos.

-No quería ninguno de los que tenían volantes ni nada por el estilo -le dijo Harry.

Neville negó con la cabeza. -No claro que no. Ese es más el estilo de Draco, no el tuyo. Eres más tenue y no eres tan vanidoso. -Pareció darse cuenta de lo que había dicho tan pronto como las palabras salieron de su boca cuando Seamus y Dean comenzaron a reír a carcajadas. Neville miró a Harry con preocupación-. ¿Podemos nunca decirle a Draco que lo llamé así? -le suplicó.

Harry sonrió. -Mis labios están sellados -prometió.

Ron resopló. -Él lo es, sin embargo -señaló.

Neville suspiró. -Sí, pero si lo llamo así a la cara, me cortaría la polla y me haría comerla -dijo rotundamente.

Dean y Seamus estaban ahora en el suelo, abrazados mientras lágrimas de alegría corrían por sus caras.

Neville puso los ojos en blanco ante el dúo. -Sí, ríanse, chicos. Se los recordaré una vez que su esposa sepa quién gobierna la casa.

Seamus contuvo el aliento y sacudió la cabeza. -La broma está será para ti; soy gay -dijo.

-Tu diva de marido, entonces -Neville enmendó.

-Voy a ser la diva de la casa, ¡muchas gracias! -declaró Seamus.

Neville se encogió de hombros. -Fanfarrón. Parece que no tienes que preocuparte por eso, entonces -dijo suavemente.

-Me voy a preparar para ir a la cama ahora -dijo Harry, sacudiendo la cabeza ante las payasadas de sus compañeros de dormitorio.

ReclamadoWhere stories live. Discover now