Para pasar el rato

Capítulo 4

Jesus Oviedo.
14 de Abril, Martes. 10.00.
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Escribo el informe concentrado ya que me juego mucha pasta en esto, debo hacer todo detalladamente para no perder nada de la pasta que invierto aqui.
Una llamada a mi móvil me hace suspirar, agarro el teléfono haciendo que un mal humor crezca en mi pecho y le respondo a mi esposa, mejor que escuchar como se queja más tarde.
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-Cariño. -dice nerviosa.
-¿Qué has hecho? -pregunto.
-La niña no para de llorar y esta muy caliente. -anuncia.
-¿Qué? Llevala al hospital -alzo la voz.
-¡Yo no! Tú eres el padre. -dice obvia.
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Salgo de mis despacho corriendo, tropiezo con ella haciendo que se caiga pero esta vez no me importa.
Conduzco todo lo veloz que puedo por las calles de Madrid, bajo corriendo en cuanto llego a casa y subo hacia su habitación.
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-Mi hija. -la aparto.
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La estrecho entre mis brazos, pongo mis labios en su frente y miro a Pilar furioso.
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-¿Por qué no me has llamado antes? -le alzo la voz.
-Nose, nose que hacer con los críos. -dice nerviosa.
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Me voy de casa callandome muchas cosas, la pongo en su sillita mientras solo llora y le pongo el chupete.
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-Ya mi princesa, papi está aqui. -susurro tocando su mejilla.
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Llego al hospital, al ser privado me atienden al instante y el doctor la revisa calmando su llanto.
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-Una fiebre así siendo tan pequeña, preocupa. -dice serio.
-¿Qué hago, doctor? -pregunto.
-Señor, sé que es un hombre que trabaja mucho, lo mejor es que su mujer o otra persona que contrate se haga cargo del bebé. -aconseja.
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Me pongo en pie, estrechamos las manos y cojo a mi pequeña.
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-No llores mi bebé. -susurro.
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Conduzco hasta la sede, la monto en su carrito y entro viendo a la pelirroja con la choqué antes ¿por qué tuve esa necesidad de saber donde vivía?