Para pasar el rato

Capítulo 93

Jesus Oviedo.
18 de Octubre, Viernes. 19.00
°
Miro la televisión con mi pequeña sobre el regazo, mi hermano observa las noticias interesado y comienza la sección del tiempo.
Anuncia el fuerte temporal, lluvias, viento, truenos....
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-Ella sé que no está bien. -susurro.
-Está bien bro, seguro. -dice seguro.
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Niego, dejo a mi bebé en el suelo haciendo que camine hasta Daniel y me pongo en pie cogiendo el abrigo.
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-¡Jesus! -se pone en pie.
-No, ella me necesita hermano, sé que me necesita. -digo preocupado.
-Hace mucho viento allí fuera, es mejor que te quedes en casa. -aconseja.
-¿Qué me quede y mi mujer muera ahí fuera? -pregunto.
-Tienes una hora. -advierte.
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Salgo corriendo de casa, bajo corriendo hacia la calle y conduzco hasta una avenida donde suelen haber pobres: ni rastro de mi mujer.
Le doy vueltas y vuelta a esta zona de Madrid, sé que no ha ido muy lejos, estoy seguro.
Bajo la velocidad conduciendo junto un parque ya que me exigen bajar mi velocidad. Cojo aire mirando a los lados y veo a una mujer con el cabello algo más largo que Gabrielle, muy delgada y desabrigada alzar la cabeza débil.
Ella.
Mi mujer cae al suelo, vajo del coche corriendo y entro a ese parque como loco por agarrarla.
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-Cariño, eh mi vida. -le agarro la cabeza.
-Jesus... -sonrie.
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Me quito el abrigo poniéndoselo y mi hermano me llama.
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-Jesus porfavor. -suspira
-La tengo hermano, está conmigo. -lloro.
-¿Está bien? -pregunta.
-No, la llevo a casa, prepara algo caliente y pon la calefacción. -ordeno.
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Cuelgo, ella se acurruca en el calor de mi pecho y la cojo en brazos.
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-Me queda poco de vida, Jesus. -murmura mientras camino al coche.
-No digas tonterías, Gabrielle. -suspiro.
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La dejo en el coche, conduzco veloz hasta mi casa y ella agarra la mano que tengo libre haciendome notar la sudiedad, pobreza y frio de su cuerpo.
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-Eres un ángel. -murmura débil.
-No hables ahora, estás muy débil. -beso su mano.