Capítulo 26

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Jesus Oviedo.
19 de Abril, Miercoles. 21.15.
°
Entro al baño cerrando la puerta observando como ella mantiene sus ojos cerrados dentro de la bañera, me desvisto y ella abre los ojos observándome.
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-¿Me deja espacio? -pregunto.
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Se echa a un lado, me mira y tiro de su brazo colocándola sobre mi.
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-Mojate. -me rio.
-No, no quiero. -dice sonriendo.
-Sí. -agarro la alcachofa y le dejo caer agua sobre la cabeza.
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Se rie apartando el cabello mojado de su cabeza, la agarra mojandome a mi también.
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-Eres una niña pequeña. -le saco la lengua.
-Tú eres un creido. -bromea.
-Tonta. -la pego a mi.
-Eres un frío y un borde, capullo. -me insulta.
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Paso mi lengua por su húmedo cuello, ella sonrie agarrando mi nuca y me acerco a su odio.
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-Pues al capullo que has llamado frío te calienta con un par de besos. -murmura.
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Se rie, la beso y miro sus ojos llenandome de valor.
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-Estoy sintiendo cosas que jamás había sentido. -susurro.
-No entiendo... -me mira nerviosa.
-Te amo Gabrielle, lo tengo muy claro. -susurro.
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Ella me mira, baja la cabeza y sale de la bañera haciendo que la siga.
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-Espera joder. -la agarro.
-No, no señor, usted no puede amarme. -dice temblando del frio.
-Tuteame nena, aqui nada ha cambiado. -digo agarrando con mi otra mano una toalla.
-Suelteme, debo ir a casa. -susurra.
-Oh muñeca. -la enrollo en la sábana pegandola a mi pecho.
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Tirita, cierro lo puerta y la rodeo con mis brazos.
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-Tienes fiebre otra vez. -beso su frente.
-No importa señor, mejoraré esta noche. -intenta alejarse.
-Muñeca... -miro sus ojos.
-¿Puedo marcharme a casa? -pregunta tímida, como el primer día.
-Dejame pedirte un taxi, al menos me aseguro que llegas bien. -susurro.
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Cede, se viste mientras yo llamo al taxi. Finaliza, se gira y baja la cabeza.
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-No vaya a trabajar, te pagaré los días necesarios. -digo seguro.
-No señor, mañana me tiene allí limpiando todo. -asegura.
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Finalmente se marcha haciendo que golpe el colchón con rabia ¿acaso nadie puede amarme?

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