Para pasar el rato

Capítulo 76

Gabrielle Patterson
17 de Abril, Domingo. 23.00
°
Salgo del baño con la toalla enrollada en mi cuerpo, él está sobre la cama con el portatil en su regazo, sin camiseta, con unos pantalones de algodón para hacer deporte con los que se hace ver demasiado sexy. Me acerco a él sentandome al borde de la cama junto a él haciendo que alce su mirada y la regrese al ordenador.
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-Cariño, fui estúpida, claro que quiero casarme contigo. -digo dulce.
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Me ignora, aparta las manos del teclado cnsado y le arrebato el ordenador haciendo que se ponga en pie para seguirme.
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-¿Vas a hablar conmigo? -pregunto.
-Dame el ordenador. -ordena.
-No. -digo.
-Gabrielle. -me reta.
-No señorito, no, no. -lo meto en un cajón.
-No seas infantil. -suspira.
-No seas estúpido y dejame hablar las cosas. -insisto.
-Quiero mi ordenador. -insiste.
-Yo quiero que me pongas a cuatro y no me quejo, así que cierra tus preciosos labios. -susurro.
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Sus labios se resecan al instante, baja la cabeza haciendo que sus labios queden muy proximos  los mios, sonrio y él muerde su labio.
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-¿En cuatro? -me pega a él.
-Primero hablamos y luego follamos. -ordeno.
-No, primero follamos y luego hablamos más relajándos. -sonrie mordiendo mi labio.
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Me alejo de él, tira de mi toalla dejandome desnuda, alza las manos riendo y agarro un fino tanga por tal de provocarle.
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-Así no. -dice serio.
-¿Por qué estas enfadado? -pregunto.
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Agarro una de sus camisas, me siento sobre su regazo a horcajadas mientras me la abrocho y sus hijos van directos a mis senos.
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-¡Jesus! -le llamo la atención.
-¿Yo? ¿Enfadado? No recuerdo. -dice manusenado mi trasero.
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Rio juguetona, beso su mejilla y niego.
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-Enserio cariño, al rato lo hacemos pero necesito solucionar esto. -aseguro.
-Me dolió, esto lo hago por nosotros y pues, joder, todo lo hago por los tres, para ser felices. -dice seguro.
-Te amo cariño, y creeme cuando digo que no quiero toda la vida a tu lado pero esa señora esta loca y temo por Nicolle. -digo.
-Jamás os sucederá nada malo a mi lado, te lo prometo pero por favor, no me dejes solo. -susurra.
-No me des motivos. -murmuro.
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Me besa con suavidad, miro sus ojos y noto el mismo temor que esta mañana sentía mi pequeñita.
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-Eres fuerte, no tengas miedo a esa mujer. -susurro.
-Puede quitarnos a Nicolle. -se asusta.
-Antes de llevarse a nuestra hija pasará por mi cadáver, nadie nos la arrebatará. -aseguro.