Capítulo 52

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Gabrielle Patterson.
15 de Julio, Viernes. 22.00
°
Él me mira con una expresión indescifrable, aún nose si es de pena, dulzura o de inferioridad, solo sé que sus ojos no se apartan de mi rostro.
Bajo la cabeza cubriendo mis ojos con las manos y lloro. Cojo aire secando mis ojos pero es inevitable, solo sé limpiar, es lo único que sabré hacer en mi vida.
Siento sus brazos rodearme mientras susurra que me relaje, me apoyo en su pecho y lloro desconsolada, llena de rabia y vergüenza ante mi hombre.
~
-Cariño... Podrías habermelo dicho. -susurra.
-¿Para que? ¿Para que te des cuenta que estás enamorado de una inculta e imbecil como yo? -pregunto separandome de su pecho.
-Jamás digas eso. -agarra mi brazo.
-No te merezco, tu eres un hombre de negocios que no puede gastar el tiempo con una persona como yo. -dice.
~
Me agarra del brazo, me mira a los ojos haciendo que sonria y me besa con una suavidad, una dulzura y ternura que jamás sentí sobre esos gruesos, rosados y carnosos labios del sexy Jesus Oviedo.
~
-Van a cambiar mucho las cosas. -susurra.
-No, no vas a gastarte nada en mi. -digo seguro.
-Lo que tu digas. -dice irónico mientras me abraza.
-Jesus.... -alzo una ceja.
-El lunes te vienes a mi oficina a las diez, no vayas a trabajar. -dice seguro.
-¿Para que? No cariño, yo trabajo. -digo seria.
-Estás despedida. -dice riendo.
~
Me sorprendo, él me besa suavemente y se mete la mano en los bolsillos.
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-Te juro que en cuanto pueda te haré mi esposa. -susurra.
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Abre la cagita mostrando un hermoso anillo, una piedra reduce en su centro y unas diminutas piedrecitas hacen que todo el aro del anillo brille.
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-No cariño, esto es lujo y yo... -digo impresionada.
-Y tú eres el mayor lujo que la vida me ha dado. -susurra.
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Me pone el anillo, me besa con suavidad y el teléfono le suena haciendo que se queje.
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-Más te vale que sea importante, todo era muy romántico hermano. -protesta cogiendoselo a su gemelo.
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Tras varios minutos cuelga, me agarra las manos y le beso el cuello con suavidad.
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-Va a traer a la pequeña, está muy ocupado. -explica.
-Normal cariño, no me importa. -miro sus ojos.
-Ella cree que eres su madre. -el brillo en sus ojos es hermoso.
-Yo la amo como a mi hija. -respondo.
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Me besa susurrando cuanto me ama y sonrie.

Para pasar el ratoWhere stories live. Discover now