Capítulo 14

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Gabriele Patterson.
16 de Abril, Viernes. 9.30.
°
Él toma mi rostro con su mano, acerca sus labios a los mios y me besa con mucha lentitud. Camina hacia la cama enrollado en mis labios mientras desbrocha su camisa, mi piel se eriza del frio y el señor Oviedo la siente cuando me acaricia.
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-¿Tiene frio? -murmura sobre mis labios.
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Asiento mirando sus oscuros ojos, agarra mis muñecas dejando mis manos sobre su pantalón y lo desbrocho bajandolo dejando ver el bulto entre sus piernas.
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-Mireme. -agarra mi rostro.
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Me coge como una princesa mientras me besa, me deja sobre la cama, justo bajo las sábanas, con mucha delicadeza y se pone sobre mi cubriendonos con las sábanas.
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-Se le va a acabar el frio. -murmura quitando mi sujetador.
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Sus labios tratan mis senos con suavidad, excitandome muy lentamente y muy sensualmente ¿cómo lo hace?
Me aferro a las sábanas alzando un poco la cadera en búsqueda de un roce con su miembro para saciar mi humedad.
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-La veo desesperada. -alza la cabeza.
-Estoy muy húmeda, señor Oviedo. -gimo.
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Baja mis bragas con mucha suavidad, me mira de arriba a abajo relamiento sus labios y quito su boxer.
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-Grite todo cuanto cuanto quiera. -me mira.
-Perfecto, señor. -separo las piernas desesperada.
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Me agarra de la cadera besandome los labios y gimo cuando su miembro me llena, se mueve ritmicamente, con suavidad pero con velocidad, con unos toques duros que me hacer clavar las uñas en este musculaso hombre que está sobre mí.
Grito, grito sin cesar cuando comienza a morder mi senos, curvo la espalda, miro al frente y suspiro exhausta.
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-Señor Oviedo. -murmuro.
-Señorita, es usted perfecta. -me besa.
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Gimo entre sus labios, se le escapan un par de duros y sexys gemidos sintiendo su vergüenza en las mejillas.
Enrolla mis piernas sobre su cadera y gimo con mis manos en su nuca. Me llena haciendo que llegue al orgasmo y cae a mi lado.
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-Vaya, señorita Patterson. -dice colocandose de lado para acariciar mi vientre.
-Sigo pensando que esto no está bien. -digo seria.
-Nunca le fui fiel señorita, nose que me preocupa. -dice desinteresado.
-Con todos mis respetos pero ¿le cuenta todo esto a todas? -pregunto.
-No, nose, usted me transmite confianza. -dice riendo.
-Señor, voy a vestirme, se ha echo tarde. -digo.
-Duerma, no trabaje hoy, descanse que lo merece. -insiste.

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