Déjate llevar

21. A salvo

Sara

Me besa minuciosamente la pierna y poco a poco va subiendo, el placer empieza a hacer efecto cuando me quita la parte que cubre mi intimidad.
De un tirón baja las bragas y se dirige al sujetador, él es tan sensual que no puedo dejar de pensar en volver a besar sus labios.

Le cojo la cara fugazmente y le doy un beso casto, pero... ¿Dylan?
¿Donde está?

La cara que estoy besando aparece borrosa y difuminada, intento apartarle pero no puedo, no me deja.

Me muevo entre las sábanas y sollozo suplicando ayuda; no puedo hacer nada, me tiene cohibida.

-Sara, despierta, Sara- noto que me tocan el brazo y abro los ojos, me cuesta reconocer donde estoy hasta que lo veo, sus ojos me transmiten paz y protección. - era una pesadilla, tranquila.

Mi mente aún nublada intenta calmarse y centrarse en esos ojos tan familiares y llenos de protección que me proporciona Dylan.
La Luz ya entra por la ventana y percibo que estoy sola con él, intento recordar lo que paso en la fiesta pero no lo consigo, toda mi mente está borrosa y con pequeños recuerdos inminentes.

Hasta que recuerdo, el comienzo de la fiesta, la mesa... y ese chico.
Pienso en él, pero su rostro está nublado y no consigo hacer nítida su imagen... miro mi cuerpo y solo llevo una camisa. ¿Que me ha pasado?

Recuerdo que esta Dylan e indefensamente prosigo a preguntarle- ¿que.. que pasó anoche?

Su cara se endurece y su cuello se tensa- Yo.. tu... un capullo intento abusar de ti- joder , sus palabras son tan precisas que no se como me siento; ¿sucia?¿frágil?

¿Dónde estaba él en ese instante? ¿ Dónde estaba Esther? ¿Dónde estaban todos?

Su mano quiere acariciar mi mejilla pero le doy un manotazo- No, no me toques- me incorporo de la cama e intento levantarme pero él vuelve a amarrarme y tengo la necesidad de ir al aseo corriendo a ducharme.- ¿Donde estabas tú? ¡Donde coño estabas cuando me hacías falta!- mis palabras no tienen apenas sentido, Dylan no ha sido nunca nada mío,nada de mi propiedad, pero creía...creía que algún día me querría , que a lo mejor podríamos estar juntos alguna vez.

-Lo siento, tenía planes- me deja helada. ¿Que lo siente?
¿Esto es una jodida broma? Porque no hace gracia.
Que planes tendría, no puedo echarle todas las culpas porque él no ha sido el que ha causado esto, el no debía de haber visto eso...

Me voy corriendo al aseo y me encierro en él, con el pestillo echado me pongo pegada a la puerta y me siento.
¿Porque me he merecido esto?
¿Me lo merezco?
¿Que he echo yo?

- Sara, sal- la voz de Dylan retumba en la habitación y golpea suavemente la puerta.

-Véte- No es el mejor momento para verle, sé que le echaría las culpas injustamente y gracias a él estoy sana y salva- Por favor, déjame pensar.

Permanece unos minutos en la puerta pero después se oye como sus pasos desaparecen y su sombra ya no se ve reflejada en el cuarto.

Hago memoria de lo ocurrido y me frustro al no poder reconocer al chico, solo me acuerdo de que era alto y tiene un perfil raro. Noto como las lágrimas viajan por mi cara y mi pecho se presiona del dolor, porque siempre nos pasa esto, porque los chicos como de ayer no nos dejan en paz...

Al cabo de 5 minutos largos salgo y veo a Dylan sentado en la cama, quiero hablarle pero se adelanta.

- Nunca quise que te pasara nada, fui con un amigo a pasar la tarde y por la noche Ryan me llamó. Me dijo que estabas borracha- se levanta de la cama y se le tensa la vena del cuello- ¡estabas borracha, mi Sara , mi chica borracha y sola en una fiesta llena de gente demente y drogadicta! - cuando dijo eso mi cerebro me proporcionó unas cuantas imágenes de cuando me bebí unas cuantas copas en el salón- cuando me llamó vine corriendo y vi que no estabas , te busque y te busque...- su voz se rompe con el último "busque"- No te veía y fui al sótano, de una patada rompí la puerta y fui a matar a ese desgraciado pero el cabrón se fue por la ventana...

No lo deje hablar más y me acerque a él y lo abrace, me había ayudado y no tenía que haberle echado las culpas. Me hundí en su cuello y respiré su aroma tan reconfortante, entre sus brazos mi corazón se aceleraba y lo ansiaba. Podía decir que lo amaba y cada día un poco más, pero todavía era pronto para poder decírselo a él.

Toma mi mentón y me mira directamente a los ojos- nunca habría sabido que te fuese a pasar algo así... yo , joder, claro que te defendería, claro que te protegería. Te lo prometo.- sus labios estaban en mi punto de vista y pero él fue el que se lanzó. Mi cuerpo respondió, mis labios impactaron contra los suyos, en ese momento no era sexual, salvo confortador y con un atisbo de amor por su parte. Lo sentía tan mío en ese momento que hubiera jurado que era mi novio.
Instantáneamente me cogió en brazos y me tumbo en el cama, todo el ambiente se volvió sexual y su mirada se proyectaba en mis pechos de manera obscena y lujuriosa.

- Eres tan perfecta- me besa en el cuello y va deslizando su lengua hasta mi clavícula, mi respiración aumenta y mi corazón bombea más rápido sus manos pasan a levantarme la camisa pero no le dejo y hago un amago para dejarlo a él boca abajo.
Todavía impactado por el acto repentino, procedo a quitarme la camisa y me doy cuenta de que voy sin sujetador.

- Déjame hoy a mi...- con esas palabras y con mi torso desnudo le quito la camisa y beso su cuello, paso mi lengua por la parte de debajo de su lóbulo y como acto reflejo sus manos pasan a agarrarme el culo. Levanto la cabeza y lo miro directo a los ojos - Aunque no lo sepas, siempre me he dejado llevar por ti, pero ya es hora de que tú te dejes llevar por mi...-

Con esas palabras le quité los pantalones y procedí a hacer todo lo que estaba en mi mano para poder darle placer y al mismo tiempo, subsanar todas las heridas que todavía están desde aquella noche.

Cuando acabó lo mejor que me había pasado en esa semana, bajamos a desayunar y vi a Ryan.

En ese momento me acordé de que debía de hablar con Esther y contarle Todo lo que había pasado. De manera que nada más tomar el desayuno me despedí y fui corriendo ha hablar con ella.

Toque en la puerta de su casa y la puerta se abrió, no era Esther ni tampoco sus padres...

- ¿Mamá?