Capítulo 14

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Ethan y Terence bajado juntos en el ascensor en completo silencio, el resto les estaba esperando abajo. Ahora que estaban el uno junto al otro, Ethan se había dado cuenta de que Terence era más alto que él, y eso que de por sí, él ya era alto. Seguramente fuera porque era más mayor, y eso le hacía sentirse a él un niño. También parecía que fuera su guardaespaldas, cosa bastante absurda.

Cuando llegaron al vestíbulo, vieron al resto del grupo preparados para salir.

–¿Está todo listo?– Preguntó Vera cuando ambos llegaron.

–Si. Podemos irnos ya.

–¿Cómo llegar San Francisco?

–Si cogemos un tren podemos llegar en 7 horas y 40 minutos.– Dijo Ethan como si nada.

–Qué precisión.– Dijo Daniel.

–Gracias. Ni siquiera sé cómo lo sé.

–La cuestión es, que no quiero ir directa a San Francisco.– Dijo Vera.– Iremos dando un rodeo. Así sabremos si son capaces de seguirnos por el país y de paso, Ethan podrá ir desarrollando su capacidad cerebral.

–Muy lógico.

–¿Entonces a donde vamos?

–A Las Vegas.

–¿Las Vegas?– Dijo Mika.– ¿Qué demonios se nos ha perdido en Las Vegas?

–Déjame el plan a mi.

–Oye, guapa. Esto es un equipo, nos guste o no.

–¿Lo dices por mi?– Le dijo Terence a Mika con una sonrisa.

–Si.

–Cuando todo esto acabe, tú y yo estaremos juntos. Ya lo verás.

–Soñar es gratis, pero lo tuyo supera la fantasía.

–Terence muy cabezón.– Le explicó Yurgen a Ethan.

–Si, ya lo veo.

–Entonces, en el caso de ir a Las Vegas, tenemos 4 horas en coche.– Dijo Arya.– No es un largo camino.

–Vale, pues vámonos.

Cory puso a disposición de los chicos una furgoneta para que pudieran viajar. Daniel se puso al volante y puso rumbo a Las Vegas.

Los viajes largos en coche nunca fueron algo que apasionase a Ethan. Al principio, solía jugar con Lexie o hacían el tonto juntos, pero luego había un rato en el que su hermana se dormía y se aburría soberanamente.

Y aquel no era mucho más emocionante. Él iba sentado en los asientos de en medio, entre Yurgen y Terence. Nadie decía nada, no ponían música y a parte del coche, el único ruido que había era la voz de Vera dándole indicaciones a Daniel, quien estaba al volante.

–¿Podemos parar a comer?– Propuso Ethan al rato.– Tengo hambre.

–Sería mejor ir directos a Las Vegas.

–No creo que sea posible.– Dijo Daniel y Vera le miró mal.

–¿Por qué no?

–Porque no tenemos gasolina suficiente para ir hasta allí. Podemos parar en una estación de servicio, comer, echar gasolina y después seguir.

–¿Cuánto tiempo nos llevará eso?

–¿Y yo que sé?

–¿Una hora?– Dijo Terence.– Dos como mucho.

–Y luego otras dos horas y estaremos en Nevada.– Dijo Arya.– Es bastante razonable.

–¿A cuanto está la estación de servicio más cercana?– Preguntó Vera al ver que a ella también le sonaban las tripas.

–Diez minut.– Dijo Yurgen.

Una vez que llegaron, Daniel aparcó y entonces pasó una de las cosas más raras que le habían pasado a Ethan en su vida: no le dejaron bajar del coche hasta que todos los demás lo hicieron. Mika y Vera entraron en el restaurante y volvieron a los dos minutos, después de eso, Ethan pudo bajar.

–¿Se puede saber a qué demonios ha venido eso?

–Te dije que mi misión era protegerte.– Dijo Vera mirando fijamente a Ethan.

–Y si ella va a protegerte, nosotros no seremos menos.– Dijo Arya.

–Osea, ¿que a partir de ahora voy a ser como el primer ministro en cuanto a libertad se refiere?

–Tu ser más como presidente. Aunque más guapo.

–Tampoco es muy difícil.– Añadió Mika.

–Venga, vamos a comer de una vez.– Dijo Vera echando a andar, pero antes de que se fuera demasiado lejos, Ethan le cogió del brazo.

–Eh, oye espera.– Dijo, y le cogió el arma que llevaba en la pierna.– No puedes entrar con esto. Cundiría el pánico.

–¿Y como quieres que te proteja?

–Ah, ¿no se supone que podías sola?– Dijo Terence quitándole el arma a Ethan y dejándola dentro del coche.– Pues ahora estás desarmada. Demuestra que no mentías.

Terence sonrió con un poco de malicia. Ethan no quería hacer sentir mal a Vera, pero al parecer a ella no le había hecho ni pizca de gracia la actitud de Terence. Aún así, se dio media vuelta y fue hasta el restaurante seguida por el resto.

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