Capitulo 22. Un Partido de a suerte.

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Por la mañana despertó un poco aturdido tras una serie de sueños en los que Ron lo perseguía con un bate de golpeador, pero al mediodía habría cambiado de buen grado al Ron de aquellos sueños por el verdadero, puesto que éste no sólo les hacía el vacío a Destiny y Warrick, sino que también trataba a la dolida y perpleja Hermione con una indiferencia gélida y desdeñosa. Y además, de la noche a la mañana se había vuelto susceptible y agresivo como un escreguto de cola explosiva. Harry pasó todo el día intentando mantener la paz entre su amigo y Hermione, pero sin éxito; Ron y Destiny no podían mirarse, porque parecía que en cualquier minuto podrían tirarse uno sobre otro; finalmente, Hermione fue a acostarse, muy indignada, y Ron se marchó al dormitorio de los chicos tras insultar con rabia a unos asustados alumnos de primer año tan sólo porque lo habían mirado.

—Destiny —dijo Harry en tono de reprendimiento.

—El no se tenia que meter con quien me beso —replicaba, miraba a Warrick que hablaba con grandes ademanes, entre Dean y Seamus, Neville estaba cerca.

—Pero te has excedido —la chica giro los ojos, apretando los labios.

—Ha sido su culpa, ¿Por qué se tenia que meter?

—Esta preocupado por ti —aclaraba, aunque la chica se cruzaba de brazos, mirando que ahora Warrick la observaba y le dedicaba una sonrisa.

—Tu bien sabes que no hay nada de que preocuparse conmigo —este asiente ante sus palabras, la chica sonrió con alegría a su gesto.

La desesperación de Harry fue en aumento porque a Ron no se le pasó la agresividad en los días siguientes. Peor aún, coincidió con una caída en picado de sus habilidades como guardián, lo que provocó que se pusiera todavía más agresivo, de modo que, durante el último entrenamiento antes del partido del sábado, no paró ni un solo lanzamiento, pero les gritó tanto a todos que Demelza Robins acabó hecha un mar de lágrimas.

—¡Cállate y déjala en paz! —lo reprendió Grayson, que era mucho más alto que Ron al igual que llevaba un pesado bate en las manos...

—¡Basta! —bramó Harry al ver cómo Destiny miraba desde lejos a Ron con los ojos entornados. Y, sabiendo lo mucho que le encanta encender a la gente, salió disparado para intervenir antes de que la situación se le fuera de las manos—. Grayson, ve y guarda las bludgers. Demelza, tranquilízate, hoy has jugado muy bien. Ron... —Esperó a que el resto del equipo no pudiera oírlos, y entonces le dijo—: Eres mi mejor amigo, pero si sigues tratando así a los demás tendré que echarte del equipo.

Por un instante Harry temió una reacción violenta, pero pasó algo mucho peor: Ron se desplomó sobre su escoba.

—Renuncio a mi puesto —murmuró, ya sin ganas de pelea—. Lo hago fatal.

—¡No lo haces fatal! ¡Y no acepto tu renuncia! —exclamó Harry, agarrándolo por la pechera de la túnica—. Cuando estás en forma lo paras todo; lo que tienes es un problema mental.

—¿Me estás llamando loco?

—¡A lo mejor sí!

Se miraron un momento y Ron movió la cabeza con desazón.

—Ya sé que no tienes tiempo de conseguir otro guardián, así que mañana jugaré. Pero si perdemos, y seguro que perderemos, dejo el equipo.

De nada sirvieron las palabras de Harry en ese momento, así que durante la cena lo intentó de nuevo, pero Ron estaba tan ocupado cultivando su malhumor y su antipatía hacia Hermione que no se dio por enterado. Harry no cejó y volvió a empeñarse por la noche en la sala común, pero su afirmación de que el equipo se hundiría si Ron lo abandonaba quedó un tanto debilitada por el hecho de que los otros miembros del equipo, sentados en grupo en un rincón de la sala, criticaban a Ron y le lanzaban miradas ceñudas. Por último, Harry probó a enfadarse otra vez con la esperanza de provocarlo y hacerle adoptar una actitud desafiante, pues quizá de esa manera sería capaz de parar algún lanzamiento. Pero su estrategia no funcionó mejor que la de darle ánimos, porque cuando fue a acostarse Ron parecía más abatido y deprimido que nunca.

Destiny y el Principe Mestizo [DEH #6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora