Capitulo 26. La ejecución

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—¿No vendrás con nosotros a casa? —le preguntó la señora Weasley con una enorme sonrisa, mientras Destiny dibujaba una en correspondencia a ella.

—Iré en noche buena —aseguró la chica con una sonrisa.

Preocupada la señora Weasley dejo soltar un suspiro cansado, porque andaba preocupada por la chica, ya que su hijo Charlie, le había contado con todo lujo de detalle la proeza de Destiny, que al ser contada parecía una maravillosa aventura, pero la señora Weasley creyó que esos momentos fueron una gran pesadilla para la casi pelirroja, quien intentaba ser fuerte por todos, inclusive por ella.

—No se que tienes planeado, Des —comentó Warrick caminando hacia un carro que les esperaba.

—Es una gran sorpresa.

Sus manos temblaban cuando pasaban la civilización, necesitaba tranquilizarse, inclusive con la mano afectuosa de Warrick no fue suficiente, el tiempo podría hacerla cambiar de parecer, pero su mente intentaba disuadir sus ganas de libertad, su cuerpo no estaba de acuerdo.

Llegaban a la tierra de los dragones, donde antes había sido un lugar verde, estaba escarchado por nieve, y un cielo cuanto grisáceo, podía ver las finas capas de hielo en donde debía haber agua, recordaba haber recorrido esos lugares antes de la nieve.

—Les he extrañado tanto —bramó Mariegold, cuando los chicos llegaron, recibiéndolos con afectuosos abrazos y besos—, deben estar cansados, y extrañaron casa.

—En realidad, no —balbuceo Warrick con una pequeña sonrisa.

—Destiny, te quedaras en tu misma habitación —le avisaba la mujer, cuando esta andaba un poco rezagada.

—Está bien, pero... necesito ver al señor Pendragon —informaba con su voz llena de confianza, aunque su cuerpo no lo demostraba.

—Esta en su despacho, hablando con las cabezas de los clanes —explicó la mujer rechoncha ahora observando a los jóvenes, quienes estaban absortos ante la petición de su amiga, esta evitaba su mirada, mientras tenia sus manos en puños.

—¿Qué planeas hacer? —preguntó el mayor acercándose a la casi pelirroja, observando a su hermano menor, quien parecía no tener la menor idea tampoco—. Des.

—Llevo pensándolo desde hace un tiempo ya —hablo un cuanto bajo, luego fue a mirar a Zander y Warrick, quien estaban perdidos ante la chica—, pero voy a ir con la verdad —sentenciaba caminando hasta donde la mujer le señaló donde supuestamente.

—Espera —la detiene Zander del brazo—, ahora que estamos aquí, podemos pensarlo mejor...

—No hay nada que pensar —interrumpe la chica soltándose del agarre del mayor—, no tengo mi libertad en mis manos, y es una de las cosas que mas valoro en todo el mundo, no me vas a disuadir.

El mayor se fijaba que la chica temblaba, no por el frio, sino porque también como los hermanos temía de los resultados. Esta se marchaba con apuro al despacho, donde se encontraba el señor Pendragon y su mujer, este la miro complacido, esa mirada cambiaria en cuanto diría la verdad.

—Es un placer volver a verte —saludó el señor Pendragon, sentado detrás de un escritorio de madera, donde su esposa se encontraba sentada de una manera seductora.

—El placer es mío, porque vengo a reclamar mi libertad —clamó con toda sus fuerza.

El señor Pendragon la miro extrañado, espero por una respuesta para saber a qué se debía el arrebato de la joven, quien emanaba confianza en su ser.

—Cuando entré a su rally, no sabía que debía casarme con su hijo —soltó la chica—, solo lo hice por diversión.

—Pero joven Destiny, usted destaco entre todas las dragonas de los clanes, con toda esa fuerza, imagínese los hijos que traerá al mundo con mi hijo —profetaba con gran asombro, levantándose, alzando ambas manos, y acercándose a la chica, colocando sus manos en los hombros de esta.

Destiny y el Principe Mestizo [DEH #6]Where stories live. Discover now