Capítulo 9

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Eli

Esta vez no podía salirme del sermón que me esperaba, así que con una mueca me despedí de Clara.

Will me veía serio, muy serio, no sabía cuánto tiempo había estado ahí y tampoco era que importase.

Cuando llegué a donde estaba él me vio y sus ojos estaban helados, como dos esquirlas de un verde brillante

- Vamos – me estremecí un poco e hice una mueca ante su voz, Sip, estaba muy enojado. No tuve otro remedio que seguirlo

- Le dijiste a Ander-

- Si – me interrumpió

Nos subimos a su auto y rápidamente lo prendió para irnos. El silencio era terriblemente tenso y eso me estresaba así que me puse a contar los segundos y ¡diablos! Como mierdas los segundos se hacían lentos.

- Me puedes explicar ¿Qué diablos hacías con Morgan? – creo que prefería seguir contando los segundos

- No estuve con él... - sí, fue lo más tonto que hice. Will se giró y esos ojos ya no eran hielo verdoso eran una flama verdosa, obviamente

- Elizabeth, te vi bajándote de su auto – estaba muy cabreado sus manos se aferraban al volante y sus nudillos estaban blancos, me quedé callada un momento pensando las palabras de Morgan "No puedes decir nada Eli, esto es entre tú y yo ¿de acuerdo?", no podía traicionarlo aparte de que Will se enojaría más e iría directo hacia Morgan para partirle la cara, hora de sacar la poderosa

- ¿Y? – me vio un breve momento

- Como que "¿Y?" – se hizo hacia la orilla y se volteó hacía mi - ¡¿A dónde fuiste?! ¡sabes que Morgan solo quiere meterse en tus pantalones y te vas con él!

- ¡que me fuera con él no significa que tuve sexo con él!

- ¡Puede ser muy persuasivo!

- ¡Y yo puedo ser bastante razonable y pensante para saber a quién quiero que esté entre mis piernas!

- ¡¿y por qué lo querrías a él?! – me dijo, no aguantaba la atmosfera que se estaba creando en el auto y mejor salí, William siguiendo mi ejemplo

- ¿¡te estás escuchando!?, no hice nada con él y si hiciera algo con él no sería de tu incumbencia aunque gracias por tu preocupación sobre mi vagina

- Tú te vas a no sé dónde mientras yo me preocupo – solté una risa

- Vete con Sarah y te puedo asegurar que se te quita la preocupación – le dije, el rodó los ojos y agachó la cabeza riendo

- ¡Ella no es nada!

- Ambos sabemos que no es cierto – siseé – te conozco William, en el momento que entró al salón despertó tu interés y no solo sexual, sino algo más sentimental, la chica con la que probablemente darías el paso a un relación

- Y por estas malditamente celosa, sabes que nadie te va a quitar tu lugar – ugh, di mucho a conocer, maniobra dos

- ¡Ahora soy yo la maldita loca y celosa! ¡claro! – me miró furioso, pescó el anzuelo

- Solo estoy cuidando que no cometas una estupidez

- Yo sabré cuando follar y con quien follar, si es con Morgan o Rodrigo o incluso Scott, eso a ti no te va a importar, ¡solo a mí!, yo seré la que decida, ¡así o más claro!

Un ángel con cuernos y colaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora