Capítulo 16

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Will

Eli se metió a ducharse y yo me quedé acostado en su cama, tenía su olor; flores y cítricos. Ella tenía razón, lo admito, pero separarme así era un golpe fuerte, me cruzó el rostro de Sarah y mi corazón se calmó un poco, ella era perfecta y aunque me daban unas ganas tremendas de corromper esa inocencia también podía sentir que se podía hacer algo más que solo sexo, y era algo demente que pensara eso, porque solo había pasado una semana.

Suspiré y cerré los ojos puedo jurar que en ese momento mi mente se dividió en dos, una parte con ojos chocolate y la otra con ojos azul grisáceo

Eli

Salí de la ducha y vi que Will seguía en mi cama pero estaba muy quieto; dormido, sonreí. Tomé mi pijama y entré en mi vestidor cerrando un poco la puerta, comencé a ponerme crema para humectar mi piel, otra crema para mi cabello y un gel para la cara humectando y quitándome cualquier imperfección, por ultimo pasé el cepillo por mi cabello unas cuantas veces.
Salí y aún estaba en mi cama, estaba cansada y necesitaba dormir, pero cierto mastodonte estaba muy a gusto en esta, se quitaba sí o sí. Tomé vuelo y me dejé caer sobre el estómago de Will, se despertó inmediatamente sacando de tirón el aire por el golpe

- Elizabeth ¿Qué mierda te pasa? – preguntó sofocado

- Quiero dormir y tu estas en mi cama – Shia se levantó y ladró al balcón, mis papás habían llegado, eran ya las once, debían de estar cansados

No los molestes, van a llegar directo a su cuarto: Taylor

- ¬ ¿tus papás? – asentí aun encima de él

- Están muy cansados, dejaremos que se vayan al cuarto directamente y sin interrupciones – Will volvió a bajar la cabeza y puso una mano en mi rodilla, tragué un poco, comenzó a hacer círculos que me empezaron a adormilar, su otra mano tomó mi brazo y me jaló hacia él haciendo que quedara recostada en su pecho, suspiré
– Will… debes irte – para acabarla de rematar comenzó a acariciar mi cabello, él sabía que era mi punto débil  y de inmediato se me empezaron a cerrar los ojos, puse mi pierna sobre él y la tomó dándome más caricias relajantes, sentí la presión de sus labios en mi coronilla

- Buenas noches – murmuré algo parecido y me acurruque más dejando que su olor y calor se instalaran en mi cuerpo

Desperté en la mañana por la alarma y Will ya no estaba, bueno eso era obvio, él tenía que estar en su casa para arreglarse, gemí un poco y recordé sus caricias mi corazón saltó y fruncí el ceño

- Estas loca – me levanté y Shia fue conmigo y puso su cabeza en mis piernas – ¿quién es la nena más hermosa del mundo? – empezó a mover la cola suavemente - ¡pues tú! – aumentó el ritmo – mi niña hermosa – le di un besito entre sus orejas – vamos Shia, hora de que hagas pop y pis, me fui a la puerta de mi cuarto y la abrí para que saliera, se fue corriendo. Comencé mi rutina para irme a clase.

Otra semana más

Los días pasaron y el jueves en la mañana Will estaba algo nervioso y feliz, hoy llegaban sus abuelos de Londres y eso lo ponía de un humor adorable, era como un niño ansioso de recibir su regalo de navidad.

Fui me senté con él y le di un beso en la mejilla, él se giró y me dio una sonrisa devolviéndome el beso pero en la frente

- Tranquilo – enganché mi brazo con el suyo mientras caminábamos para llegar al salón, Sarah se había adelantado

- Perdón, hace mucho que no los veo – Will no tenía primos hermanos o tíos, de hecho solo tenía un primo mayor que el por cuantos años y eso era primo segundo, ya que su mamá fue hija única, su abuela tuvo muchas complicaciones así que solo la pudo tener a ella y cuando ella falleció, fue un golpe fuerte para toda la familia, se perdió una madre, una hija y una amiga

Un ángel con cuernos y colaWhere stories live. Discover now