Hay personas que nacen con un encanto natural, tienen una belleza sin igual que nunca pasa desapercibida, pero a veces, son mascaras que esconden una fiera personalidad o una astuta mente como Elizabeth por ejemplo, destinada a la grandeza, pero tod...
Al día siguiente ya estaban las cosas resueltas, Will seguía tratando de conquistar a Sarah yo le estaba dando una oportunidad a su amistad, durante la escuela me contó todo tipo de cosas y me hizo reír tanto que en un punto hizo que se me saliera el yogurt por la nariz, ¿saben lo doloroso que es?, dos horas más tarde seguía disculpándose y yo cada vez que me sonaba la nariz seguía sacando mocos con yogurt, asqueroso
- Y bien ¿Qué tal vez a Will? – le pregunté mientras nos estirábamos en clase de gimnasia, la vi y algo cruzó por sus ojos
- Es lindo… - me vio y se puso roja como tomate – no… no sé, o sea, se lo que quiere y me atrae pero… no se – vaya…
- Interesante explicación…
- Solo he tenido un novio y duramos menos de seis meses de ahí no he tenido algo – suspiró – nunca pensé que fuera a tener una atención como la de Will
- ¿Que acaso estás loca? – ¿que esta chica no se miraba al espejo? me miró confundida -¡Eres hermosa! – se sonrojó aún más – Jesús, mujer, era obvio que ibas a recibir atención de Will, si te llama la atención ve y date la oportunidad – esas palabras me pincharon
- No lo sé, sin ofender pero Will es bastante… - buscaba la palabra, más bien, ya sabía la palabra pero quería suavizarla
- Mujeriego – terminé por ella, asintió – sé que a Will le gusta andar de picaflor pero también entiende que tú le has llamado la atención lo suficiente como para dejar sus jueguitos y que esté dispuesto a llegar a algo contigo y créeme los cambios ya los estoy viendo – tomé mi pierna por detrás de mí y la jalé hacia arriba subiendo y bajando poco a poco
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- Eli
- Dime – dije con un poco de esfuerzo
- Si nuestra amistad avanza – la miré dejando caer mi pierna – y Will me engaña ¿a quién defenderías? – ¿Qué tipo de preguntas son esas?
- Eh…– me senté y junté las plantas de mis pies moviendo las piernas como el aleteo de una mariposa y de vez en cuando empujando un poco más abajo hasta que mis muslos tocaran el suelo – supongo que a ti… porque William fue el que te engañó, no dejaría de ser su amiga sin embargo, le daría la plática de porque no debe engañar y listo, aunque tú lo llegases a odiar yo no podría porque… - esto iba a ser algo difícil – bueno…
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