00화 : Esencia de Vainilla

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Kim Taehyung habría decidido no seguir cumpliendo años, si hubiese sabido la gran responsabilidad que conllevaba llegar a los veinticinco

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Kim Taehyung habría decidido no seguir cumpliendo años, si hubiese sabido la gran responsabilidad que conllevaba llegar a los veinticinco. Apenas cumpliría veinticuatro, pero estaba aterrado a lo que la Diosa Luna le destinaría; más aún cuando su padre, el alfa de la manada en Daegu, le explicó sus deberes como líder. Esta vez, sin el usual tono comprensivo. El jefe Kim se muestra indispuesto a ser amable con este tema, se trataba sobre el destino de la manada.

       Aún así, Taehyung habría decidido saberlo hace 10 años cuando se presentó como alfa. Él no desearía estar encima de la pirámide jerárquica, si alguien le informara antes. Tampoco puede hacer mucho para cambiarlo.

La Luna hacía las cosas
por una razón.

       El festival de invierno sería en dos semanas; ahí se presentaría oficialmente como heredero, y así mismo, celebrarían su cumpleaños. Sin embargo, en pequeñas letras bajo el contrato para su asistencia en dicho festival estaba que debería unirse a un omega.

       Tendría que desposarse antes de la medianoche y unirse a su compañero para tomar cargo el siguiente año. Ellos deberían casarse en primavera, y así, esperarían el momento en que Kim Taehyung ascendiera al poder del trono.

       Y él no quería.

       No tenía mayor problema con tomar el puesto; pero, unir su vida a alguien que no conocía, le aterra. El único hijo de los Kim era un alfa inusual de sentimientos blandos y pensamiento romántico, detestaba la sola idea de casarse bajo estos términos.

       Él quería que fuera... Mágico. Si es que existía, su deseo era tenerlo de una forma real; pero, el deber del líder lo requería así.

       Y así se haría.

🍃🌸🍃


       —Madre, me estás... ahorcando —se queja el rubio. Mientras que su progenitora, de dulce aroma, le anuda la corbata.

       Taehyung deseó que el festival jamás llegara, fue inevitable.

       —Lo lamento, cariño. Estoy muy emocionada —la mujer sonrió apenada. Afloja el nudo; dispuesta a dejar respirar al que, ante sus ojos, era todavía un pequeño cachorro.

       Aunque, ya no tan pequeño, claro está. Hoy cumplía veinticuatro.

       Taehyung sabía cuan emocionada se hallaba; pues, toda su habitación, tenía impregnado la dulce fragancia a caramelo. Signo de alegría, ella es incapaz de retener sus emociones. El alfa rubio no resulta tan diferente.

       —Lo sé, todo saldrá bien —francamente, él también quería creerlo así.

       La omega asintió, desplegando una arruga inexistente en su traje azul eléctrico. Peina, inquieta, las ondas rebeldes del sedoso cabello rubio. El alfa luce perfecto, pero la ansiedad carcomía a su madre.

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