Capítulo 3

12.9K 703 22
                                    

La superficie donde me encontraba acostada era cómodo y suave, era completamente exquisito. Hace tiempo que no dormía en algo tan cómodo ¿Estaba en casa? No, no yo me había ido, me había escapado. ¿Dónde demonios estaban?, abrí los ojos rápidamente entre cerré los ojos para adaptarme a la luminosidad de la habitación, me senté en la punta de cama con mis pies colgando detallando la habitación, paredes oscuras, muebles de manera un pequeño sillón al frente de la cama y una silla en la esquina llena de ropa y una puerta a mí lado izquierdo, que me imagino que es el baño; un olor peculiar tabaco con un toque de menta.

Busco con la mirada mi bolsa, está tirada junto a la silla. Me levanto notando que no traigo mi ropa, mis piernas desnudas con una camisa que entrarían dos yo, holgada que cae hasta la mitad de mis muslos. Genial. Un extraño me había desnudado. Mire nerviosamente hacia la puerta esperando que nadie entrara.

Genial estupendo, no salgo de una para meterme en otro.

La puerta es abierta, jamás había visto un hombre tan grande, y aquella solo era una expresión pequeña, era un hombre musculoso, solo su presencia es poderosa e intimidante. Entonces algo llamó mi atención el chaleco, maldición era un motero. Retrocedí, tenía que hallar la forma de largarme de aquí.

— ¡Maldición! Te ves caliente— su voz hizo estremecer, era ronca y fuerte; sumamente sexy—. Aunque me imagino que sin ropa y en mi cama te verás como una puta Ninfa.

Abro la boca ligeramente, estos hombres y su boca sucia.

— ¿Dónde estoy? ¿Quién es usted? ¿Como llegue aquí?

— Esa pregunta debería hacerla yo, estás en mi casa y en mi cama— dice simplemente como si estuviera acostumbrado—, así que espero que empieces hablar. Que hacia una chica caminando en medio de la noche por estos lares.

Se quita el chaleco, lo tira en la silla y también su camisa dándome una excelente vista de su cuerpo espalda cuadrada, brazos tonificados y un sex pack. Trague fuertemente y me abrace a mí misma.

—Nena mis ojos están aquí— se ríe, avergonzada levantó la mirada encontrado con el azul de su mirada, siento mis mejillas arder de la vergüenza.

—Soy Lena, podrías ponerte algo encima—, sugiero no es que sea una mojigata, pero este hombre si sabe cómo tener prestando atención a otras partes de su cuerpo. Pero me sentía en desventaja, no sabía dónde estaba y había un hombre casi desnudo en la habitación.

Baja su mano y empieza a desabrochar su jean.

Será gillipolla.

Me volteo dándole privacidad, aquí no tienen ningún tipo de pudor.

—¿Y tú? — preguntó tímida sintiéndome fuera de lugar, sé que pertenece a un Club, solo espero que estos no sean igual que el de Pill. Aunque la serpiente con la daga en su pecho me hace pensar que sea otro MC, hay muchos por esta zona. Son como ratas, trayendo caos.

— Podría negarme a responder eso, sin embargo, hoy estoy de buen humor; Mi nombre es Miguel, pero muchos me llaman lobo. Estas en territorio Wolf's Mc.

¿Lobo? Lo menos que son en estas pandillas son solitarios, son como una manada. Atacas a uno y te metes con otro. Saber que estaba en otro territorio me daba una sensación de alivio, aunque desconocía si me había encontrado algo peor.

Mi estómago suena, maldigo en silencio solo a mí.

— Venga vamos a comer, yo también muero de hambre. Mas tarde hablaremos.

Pasa su brazo por mi hombro me congele en el acto, camina fuera de la habitación arrastrándome con él, mi corazón latía fuertemente. Casi muero de la vergüenza cuando vi parejas teniendo sexo en las escaleras, y mujeres sin casi ropa. Esto podría pasar por un Club de strippers ¿Y si me obligaban a esto?¡Dios mío! No había huido de Susana y Pill para caer en lo mismo. No seria una puta para satisfacer las necesidades de otros.

Cuidando De Ella✔Where stories live. Discover now