capítulo 23

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Ese día paso tranquilamente, había despertado entre sus brazos luego de una pesadilla, sin duda me gustaba Miguel tal vez el me daba en cariño que había estado buscando durante los últimos años, verlo sonreírme era grandioso y aun mas cuando me susurraba al oído cuanto me quería ¿Era malo desear que nos quedáramos así para siempre?

—¿No tienes hambre? — me pregunto la mujer de Hunter, sin duda ahora que María se había ido las cosas estaban un poco extrañas últimamente; mas no me había atrevido a llamar por temor que alguien me descubriera.

Aparte mi plato sintiendo que el estómago se me revolvía, solo tomando un poco del jugo que me había servido, todo parecía como si hubiera ido al carajo y la armonía del lugar entre las mujeres hubiera desaparecido.

—Tengo el estómago, y cansada.

Alex suspiro apoyándose del mesón de la cocina, casi no había aparecido por allá los últimos días al igual que otras viejas damas con niños lo que daba a entender que no era seguro estar en el club.

—Te entiendo, los chicos salen tanto últimamente que me preocupo y Pipper esta estresada últimamente porque ha estado teniendo pesadillas— menciono con pesar, recogiendo y lavando lo que estaba sucio—. Espero que todo mejore.

—Yo también lo espero—, mencione con pesar soltando un suspiro.

Vi a Emma pasar subiendo las escaleras, y decidí seguirla me despedí de Alex. La seguí hasta su habitación.

—Emma— dijo en tono suplicante.

—No quiero hablar contigo, ni si quiera verte la cara— dijo sin darse la vuelta.

—Lo siento, pero debes saber que yo no lo sabia... no puedes castigarme por ello.

En ese momento se giró sobre sus talones y me miró fijamente.

—Yo no, pero Miquel sí.

Luego de esas palabras abandone la habitación sintiendo como mis manos temblaban, la incertidumbre me llevo a considerar lo peor como siempre y nunca fallaría en ello.

Al pasar la tarde y llegar el anochecer no sabia nada sobre Miguel habían salido temprano a un rodeo, aunque eso fue la única palabra que salió de su boca cuando le pregunte. Esperaba que todo saliera bien.

Cuando despierto en medio en la noche observando que el reloj marca que son las tres de la mañana, Miguel no está a mi lado, su lado se encuentra frío, escaneo la habitación con la mirada encontrada con el zafiro de sus ojos, fríos, duros y peligrosos; hay un ambiente tenso y su cuerpo rígido sentado mirándome fijamente.

Confusa, me siento, una sensación de angustia me recorre el cuerpo ¿Emma le habrá dicho algo? No, no lo creo.

—Hola ¿Pasa algo? — mi voz sale como un murmullo, bajo y desconcertado—¿Miguel?

Aprieta la sábana contra mi pecho sintiéndome expuesta.

—Pasa mucho, como diablos no lo puede ver, eres una cosita mentirosa— no hay rastro del dulce Miguel, se nota el peligro y la agresividad en cada una de sus palabras— Al parecer Hades supo jugársela y soy un jodido imbécil ¿Al principio ese fue el plan? Sabía que no debía sangrar por ti, pero lo hice, ahora no se si dispararme a mi o a ti.

《Por qué jodidamente supiste joderme, pero sabes que es lo peor, pensar en matarte lentamente, pero no poder. Eso me está jodiendo la cabeza. Nunca pensé que usaras unas malditas cartas.

—¿Cartas? No sé de qué hablas Miguel, tal vez te he mentido, pero tienes que escucharme, y confiar en mí.

—No soy un idiota Lena, y si pensaste que fui suave contigo no puedo matarte te equivocas— dicen con tono afilado—, si piensas que por meterme en tu coño tienes algún poder sobre mi déjame decirte que estás equivocada, nadie nunca me tuvo, fuiste una puta a la cual modo, jodimos. No te creas importante.

Cuidando De Ella✔Where stories live. Discover now