Cuidando De Ella✔

Capítulo 18

¿Quién no podría tener sentimos hacia una persona cómo él? Protector, leal, valiente y un luchador nato defendiendo los principios con los que creció. Nunca encuentras a personas así jamás, y no me refiero aquellas que van rompiendo la ley; aunque definitivamente ellos llevan otra. No sabia a que punto sin retorno estaba llegando, tal vez podría conservar aquello de alguna forma, pero cada vez que lo miraba a la cara e intentaba decirle la verdad sobre mí, no podía era como si no encontrara las palabras ¿Esta bien sentir ese miedo que no me dejaba hablar? O solamente pensar que eso tal vez no era necesario.

Excepto que todo a nuestro alrededor parecía encogerse más y más como si estuviera a punto de estallar, las cosas en la casa club habían estado algo tensas y sin duda extrañas hasta hace cuatro días atrás desde que Miguel recibió esa llamada ha estado fuera, lo entiendo, o más bien lo intento, tengo miedo de perderlo; saber que no podre ver esos hermosos ojos azulados que traspasan mi alma, donde puedo hallar miles de emociones.

Donde puedo encontrar cariño en ella. Últimamente lo he pensado mucho, sobre irme y decirle una verdad a medias y ahí en ese momento es donde pienso ¿Seré una cobarde? Dejare todo por simplemente no verlo a la cara y decirle que sabía quiénes tenían a su hermana, Emma. Aunque por lo que había escuchado detrás de la puerta la noche pasada, Hunter y Flip le dijeron que la heroína que robaron se dirigía a un cartel mexicano más allá de Georgia los Serpientes estaban haciendo esos negocios, algo que enfureció a Miguel exigiendo como hacían para pasarlo en su territorio. Tenían la sospecha de que sea el cartel, como modo de quitarle su mercancía. Sabia que el dinero que entraba no era del todo limpio, pero esa pérdida de mercancía era grande.

Aunque sabía que el cartel no tenía nada que ver, esto era una treta de Pill para confundirlos y el muy hijo de puta lo estaba logrando.

Y todo esto tiene al club y a los prospectos muy cansados, nos hemos abastecido estos días haciendo comida para todos, hasta para los nuevos invitados the Wolf black, por lo que sé son unos aliados, Ben es su presidente un hombre agradable, aunque puedo notar tenso en todo esto, el maneja la capital y nadie entra ahí sin su permiso, o eso pudo dar a entender. Miguel siempre parece tener un ojo sobre mí, si no es Jhon es Hunter, con quien he seguido teniendo prácticas de defensa o el intentó de ello.

María, Alex y Melanie, y algunas grupies ayudan con la comida, aunque no es nada comida verlas sin nada que pequeñas camisas y short que si les digo no deberían usarlos, algo que tiene que causar molesta algunas viejas damas, o sabias, como le dicen las chicas, están soltando mierda por la boca como dijo Skip el viejo vicepresidente del club, quejándose por tener putas alrededor en un día familiar. Muy pocas veces había niños en la casa club por seguridad, pero eran momentos donde aquello dejaba de parecer una casa solo de hombres portando un chaleco que los definía en la vida y en la carretera.

Algo que aquí es ley, los domingos todos compartes, si o si, hay mucha comida, cervezas y luego de las ocho deja de ser un lugar decente para los niños.

Boto lo que queda de mi cerveza, está caliente, aunque no estemos para fiestas, solo lo hacemos por cortesía por los Wolf back. Me siento un poco atontada no borracha, pero si un tanto encendida.

¡Por Jesús, necesito un baño!

Dejo la botella a un lado y camino a la izquierda de la casa club, donde se encuentran los baños portátiles, abro la puerta no si antes verificar que esté limpio. Salgo y busco la pequeña batea que esta por aquí mismo. Unas voces alteradas me hacen, fruncir el ceño, me acerco al notar dos figuras, una más alta que la otra.

—No puedes hacer esto Ben, venir aquí y decir mierda de mi hombre—su voz la reconozco de inmediato es María —. No creas que por haber descubierto que soy tú maldita hermana tienes un derecho sobre mí, entiendes. Y es mi problema, no tuyo.