Capítulo 13

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Habían pasado algunas horas desde que Pill se marchó, mi mente me torturaba pensando que clases de atrocidades le podrían estar haciendo a Emma, por mi culpa, pero sabía que Miguel haría todo por salvarla, era su familia, pero yo, no era nadie.

Tal vez Pill y Susan estaban sobre valorando mi interacción con ellos, al menos que supieran más de lo que deseaba, y si era cierto aquello que escuche mientras estaba herida, pero no, no podía ser no creo que nadie hay esté dispuesto a traicionar un hermano.

El cuarto donde estaba no tenía entrada de luz, al menos no de la que necesitaba, excepto esa poca iluminación del bombillo, estaba adolorida, mi culo dolía horrores, jamás me sentaría en una maldita silla, mis pies estaban adoloridos.

—Hay pequeña zorra.

Abrió los ojos lentamente, mis ojitos estaban irritados. Pase la lengua por mis labios resecos.

—Adivina—coloco un dedo en mi barbilla haciendo que lo mirara, entrecerré los ojos—, No, sabes que mejor te lo digo, el pequeño y estúpido Miguelito, aunque en la partida eres un comodín; pero parecen estar dispuesto a recuperarte.

«Aunque debo aclararte, nunca nos viste, aunque deben suponer más o menos, pero te digo que yo me enteré que de tus labios salió mi nombre, voy y lo último que Saborearas será mi arma en tu boca, ¿Entendiste?

—No, no entiendo —hable mi voz sonó rara, ronca.

—Digamos que estoy jugando con la paciencia de las Serpientes, le ensañare como juegan los dragones, y de paso gano un poco de pasta, y la coca que los malditos me robaron y demostrarles quién manda. Es fácil ¿no?, es un ganar, ganar.

Sabía a qué se refería, ha visto algunos de ellos drogándose, aunque Miguel me dijo que solo lo tenían permitido en las fiestas, las cuales eran muy frecuentes, pero no de la manera que el club de Pill lo hacía mientras estaba en casa.

—Pero...

—tú, tú—chasquea con la lengua, con su dedo índice moviendo en un claro sentido de no—. Nada que replicar, lo único que harás es mantener tu adorable botiquita cerrada, y créelo que será lo mejor para ti y para mí.

—Eres un maldito, sabes que lo haría, pero no lo hago solo por Emma.

—Eres tan dulce, Susan tiene razón eres igual que el idiota de tu padre, y se llenaba de orgullo de ser el presidente de un club como este, que ahora es mío, y lo hago mucho mejor.

—Eres un hijo de puta, tú nunca serás mejor que mi padre ni en tus malditos sueños.

Sentí mi mejilla arder, a pesar del dolor sonreí con orgullo, él nunca seria como mi padre, jamás.

«Eso es lo que te molesta por eso tienes a tu lado a Susan, no porque te sirva es una manera de orgullo de tener algo que él tenía al igual que su moto...

Un golpe certero en mi mejilla abofeteándome otra vez sentí el sabor de la sangre en mi boca, pero decir esas palabras habían sido liberadoras. Sonreí y en mucho tiempo lo hice, como siempre deseé hacerlo delante de él con altanería demostrándole lo fuerte que era, lo terca y tenaz que podía ser.

—Si y qué; hasta casi mi quedo con la putita de su hija.

Dejo un sonoro beso en la comisura de mis labios, le escupí en la cara, con su mano apretó fuertemente mi barbilla.

—Te juro que te matare, y follare ese lindo coñito y después mis hermanos harán lo mismo, entonces veré quien puede más querida.

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Cuidando De Ella✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora