Capítulo 24

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Había pasado dos horas desde que salimos de la estación de bus, el cuál considerando el costo del boleto está bien, aunque los asientos no tanto, pero no puedo quejarme, por un momento pensé en recostarme, pero no puede solo pensar que me podrían robar. Ahora voy con mis ojos casi cerrados, muertos de cansancio creo que los días en los cuales no he dormido bien están empezando a cobrar factura.

Por lo menos faltan aproximadamente cuarenta minutos para llegar a Alabama city, ahí es donde empezare una nueva vida esta es mi última oportunidad de poder ser alguien más allá de los errores y mentiras de mi padre y Susan, de no hacer de ellos los míos, porque fui juzgada por ellos, Emma lo hizo y Miguel también, y no lo merecía al igual que ellos era inocente, inocente del todo daño que el club de Pill había echo, lo había vivido por veinte años las drogas, los excesos de alcohol y sus putas entre ella Susan, tal vez fue idiota pensar que no me encontrarían, que me dejarían ir en paz pero su rencor y su odio pueden más.

Tal vez mi padre cometió muchos errores, confió en las personas menos equivocada, tal vez se cegó y no vio que tenía por delante, un club con un gran desastre y una hija a la cual mentía, ocultándole su verdadera cara.

Durante mucho tiempo pensé después de que Miguel me rescatara por qué no me lo dijo, tenía diez, pero era lo suficientemente grande para entenderlo, tal vez mi padre no mató a Eva, pero Pill lo hizo, era su vi, y eso lo llevó a la muerte, porque lo que haces en nombre del club cae sobre todos por igual como una maldita parca, así como recae sobre mí.

Pero ellos también mataron a mi padre, lo redujeron a nada, lo mataron, me lo arrebataron, muchas veces pensé que era mi culpa por no haber ido con él, que pude haber hecho algo para salvarlo.

Pero todavía las palabras de la persona que debe haberme amado se burlan constantemente en mi cabeza, si solo no me hubiera enfermado, ahora estaría junto a él.

Muerta.

Pero algo quiso que estuviera más tiempo aquí, tal vez estoy destinada a algo. Pero sé que ahora está en mi recuperar lo que me arrebataron la escuela, la oportunidad de ir a una buena universidad, ahora que está en mi lo haré porque quiero ser mucho más de cómo me moldearon.

Ser más fuerte. Más capaz.

Tal vez cometí errores y ahora cargó con ellos, pero debo seguir adelante por mí y todo lo que quiero...

Cierro los ojos por un momento, dejándome llevar por el sueño, tal vez es hora de descansar. Y qué pase lo que tenga que pasar.

—Señorita, despierte hemos llegado—grupo antes la constante voz que interrumpe mi sueño—. Necesitamos que baje del bus.

Me acurruco.

—Ya voy, solo cinco minutos —respondo suelto un bostezo y entre cierro los ojos dándome cuenta que el autobús está estacionado—¿Hemos llegado?

El señor mayor me dirige una mirada obvia antes de asentir.

—Si señorita—responde.

Me levanto sintiendo un mareo y mis oídos zumbar, estos malditos mareos van acabar conmigo, le hago señas para que espere un segundo, luego de unos minutos de recuperarme tomo mis cosas y me bajo del autobús, siento mi estómago gruñir ante el olor exquisito de la estación, palmeo mi bolsillo sintiendo el dinero ahí.

Camino hasta una cafetería, es acogedora, aunque esta abarrotada de gente eso significa dos cosas la comida es sabrosa y buena. La campa niña suena haciendo notar mi presencia, avanzó hasta la caja de pago.

Ahí un chico rubio, flacucho y pecoso, me sentí ante incómoda al ver la forma que me observaba, a veces no entendía un afán de ver a las mujeres como si fueran carnada, cómo... sonreí amable.

Cuidando De Ella✔Where stories live. Discover now