Capítulo 10

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El viaje de vuelta al club era silencioso y agradable, estar así con la brisa chocar contra tu rostro da una sensación de libertad, papá solía tener una de estas, era como su otra beba, sonrío, me acuerdo cuan insistente era y le pedía una y otra vez que me enseñara, y claro que lo hizo, solo a pasar el quiche, se puede decir que ese día me sentí emocionada. Porque pensé que luego esa hermosa moto, seria mía.

Hasta que Susan la vendió para comprar eso que aliviaba sus penas, ahí se fue mi esperanza de conversarla.

Hace tiempo que no me sentía que tenía un lugar, un hogar, hasta que tropecé con Miguel y el club, ellos son agradables, a su manera ruda y tosca de serlo, aunque se ven todos hay malotes tienen un gran sentido de la lealtad y compañerismo, algo admirable de ver. Y Emma rodeado de todos ellos, ella parece irle bien, o como dice los maneja, aunque según Miguel no es así. Y bueno tenemos a Jhon, él sin duda es raro y extremadamente silencio, es él vicepresidente de los Serpientes, habla poco, creo que solo dice lo necesario. Y entonces hay mucho más bueno hay, las viejas damas de algunos del miembro del club, sin duda son mujeres fuertes, María, Melanie y Alex; y que les puedo decir de la princesita del club, Aurora, esa niña sí que es inteligente y muy ingeniosa, es adorable hasta cuando dice:

«¡Oye, tu culo es muy grande, o mira tú culo feo»

Eso es un tanto divertido. Para nosotros, no tanto para María, algo de lo cual siempre nos estamos burlando.

Hay cosas buenas y cosas malas, como Leah and Joker, a veces pienso que tienen algo contra mí.

Salgo de mis pensamientos cuando Miguel empieza a bajar la velocidad, aprieto mi agarre en su cintura, esta tenso, alerta, entonces las escuchas varias motocicletas, aunque está empezando a oscurecer puedo notar claramente que sus parches no son igual que las del club.

Entonces escucho su maldita voz, se me estremece al pensar en él] todos los horribles recuerdos que trae a mi mente.

Pill, él idiota novio de mi madre o mejor decir su suministro de drogas.

Asqueroso.

La voz de Miguel me salva, anclándome a él. Entonces lo sé con el estoy segura.

—Necesito que te mantengas detrás de mí, sin hablar, sin moverte—susurra solo para mí, suena cauteloso, aunque la amargura y molestia en su tono es evidente.

Mi corazón late fuerte contra mi pecho, hasta puedo decir que puedo escucharlo o tal vez es la adrenalina en mi cuerpo. Miguel sin en cambio está tranquilo, aunque su respiración no tanto, es fuerte, como si estuviera tratando de tranquilizarse.

—Vaya, miren muchachos, si miren lo que ha traído el rio—dice como de costumbre relajado.

Cierro los ojos, y por una vez rezo por él y por mí. Dios santo que Pill no le haga nada.

—Eso tendría que decir yo, estos son mis territorios—dice de manera sarcástica—, así que obviamente no esperaba encontrarme ratas por estos lares.

Intento mantenerme detrás de su cuerpo, creo que desde el ángulo que estamos no me noto mucho. Y espero que así siga siendo. No quiero que Miguel sepa que tengo una conexión con él.

—Te crees tan listo, Miguelito. Sigue así y terminaras como tu padre—amenaza—, o peor como la puta de tu madre. Nunca deja de hablar. Lastima. Era muy hermosa.

Miguel saca un arma y dispara, entonces siento otra detonación, y algo caliente rosar mi costado, siento mi cuerpo dolor en el área, pierdo el equilibrio cayendo de la moto, siento que estoy perdiendo la conciencia, pero mi miedo lucha contra todo necesito ver a Miguel, saber que está bien.

Tapo mis oídos al oír otra detonación, escucho más motos llegar, pero solo quiero saber que está bien, que Pill no le hizo nada, que no lo mato.

Él es capaz de eso y más.

—Miguel —susurro, mi voz es débil, siento mi cabeza dolor, lucho contra la pesadez de mi cabeza.

—Lena.

Mis párpados pesan, intento buscarlo con la mirada, pero no puedo moverme, mi cuerpo me pide a gritos descansar, cerrar los ojos por un momento, escucho maldiciones y otros disparos, los sonidos son distorsionados.

Entonces lo escucho cerca de mí, toma mi mano entre la suya, acariciándola.

—Vamos nena, quédate conmigo.

Cuidando De Ella✔Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum