Capítulo 7

8.2K 475 26
                                    

   Entro en la cocina, o más bien el comedor en común, intento evitar que se note mi nerviosismo, escucho pequeños murmuros y siento sus miradas sobre mí. Lo que hace que aumente mi nerviosismo.

Me siento, buscando con la mirada a Emma, hasta que una irritante voz hace girar mi cabeza de donde proviene esa voz chillante.

—Así que tú eres la nueva puta del club.

Es la misma tipa de la otra vez, creo que tiene menos cerebro y más plástico en su cuerpo, me remuevo incómoda en mi asiento, respiro profundamente, ella está en su territorio y yo apena y estoy cogiendo práctica en esto.

—Si fuera así, creo que no sería tu problema además me has visto follando por ahí, no, entonces mejor te recomiendo que guardes tus opiniones de mierda para ti—gruño enojada—, además en la única cama que he estado ha sido la de tu prez.

Escucho murmullos y risas de algunos moteros, la zorra se encuentra sorprendida, no la dejaré intimidarme. Pero tampoco caeré en su juego.

—Eres una mentirosa, crees que te creeremos, el nunca folla en su cama; ¿verdad chicas? —pregunta al grupo que la acompaña.

Todas asienten de acuerdo, levanto la mirada encontrándome con la mirada furiosa de Miguel, me remuevo incomoda.

¡Dios! Creo que he abierto la boca demás.

Desde un principio sabía que a estos tipos no le gustan estos tipos de royos, y sin darme cuenta caí en la provocación de la rubia.

Miguel

No necesitaba esa mierda, ahora mismos hasta yo me pateo el trasero, jodida mierda en qué momento no pe se con mi cabeza, pero si con mi polla, excelente; pero había algo en ella que sacaba lo más feroz y protector en mí, de la misma forma que era con mi pequeña hermana Emma.

Esos preciosos ojos verdes me tenían loco, hechizado, pero luego llevaba ese momento donde recordaba a ella, por hades que todavía dolía haberla perdido.

Golpeó el saco una y otra vez intentando sacar toda esa frustración, todo aquello lo estresaba, saber todo y la vez nada de Lena, sabía que dejarla quedar puede ser un error. Y saber que venía de ese maldito territorio no ayudaba, podía ser una trampa de las Serpientes y completando la mierda que Joker parecía tener hacia la chica, eso en toda palabra significaba más problemas.

Pero si el hermano no quería terminar con su culo fuera del club era mejor que recogiera toda su mierda. Siento mis nudillos arder, golpeó de nuevo el saco sacándolo del gancho.

—¿Qué pasa hermano? — pregunta John entrando en el gimnasio, tomo un trago de mi agua y echo encima de mi rostro.

Suspiro. Porque todo tiene que ser tan complicado.

—Ella...

—Te recuerda a Eva, hermano, sabes que no es así. Hades es un maldito, no dejes que esa mierda atormente tu cabeza.

Inclino mi cabeza Intentando hacerles caso a sus palabras, porque, aunque lo intente no puedo.

—Hermano, no le des tanta vuelta dile que se marche. — levanto mi mirada, maldigo en silencio como si fuera tan fácil.

Limpio el rastro de sudor de mi rostro. Siento mi cuerpo tensarse de frustración, hay esta esa maldita pregunta que llevo dos horas haciéndome.

— ¡Joder, Miguel! Y, hermano, que salió de esa puta boca.

—Mucha mierda sí, eso es seguro. Solo espero que esas palabras no sean mi karma.

Y jodidamente tendría que ser así

Volví a enganchar el saco, reanudando mi tarea, todo en mi cabeza estaba a punto de estallar, Emma, los dragones tocando constantemente mis pelotas y agregar la responsabilidad de cuidar de una civil. Estaba jodido, desde el momento que pensé con mi polla.

Mi respiración era un caos, estaba agotado dos horas después había acabado con ese saco de mierda, pero durante esas horas llegué a una conclusión siempre estaría primero mi club, mi familia y lo sentía por ella, pero no arriesgaría a mis hermanos.

Mi estómago rugió, diciéndome claramente lo que ya sabía, moría de hambre. Y como siempre ni desayunar en paz podía, grandísima...

Lo que menos necesitaba era mierda entre dos perras.

— Ahora soy yo la que duerme en su cama ¿No?

Mis manos se hicieron puños, vamos Miguel controla tu mierda, joder, sabía que traería problemas. Y sin duda no sabía que se estaba metiendo en la boca del lobo, y si no paraba de decir mierda que no era cierta terminaría tres metros bajo tierra.

—¿Qué está pasando aquí? — espete fuertemente, mi voz sonaba algo rasposa.

Todos guardan silencio, veo a Leah sonreí con inocencia y Lena se encoje ante mi mirada.

—Todo el mundo fuera—no me falta repetir la orden para ver a mi hermana salir al igual que a las putas. Bendita mierda.

—muñeco, no te enojes

La corto, con voz peligrosa susurro:

— No juegues con fuego, Leah, te aconsejo que guardes tus palabras para ti, no me des razones para echar tu culo fuera de mi club.

Estoy furioso. Me giro peligrosamente hacia la castaña, cuando sus ojos se encuentran con los míos siento todo el enojo desaparecer, sin duda esta mujer tiene poder sobre mí, más del que me gustaría admitir.

—Lena— digo con un tono más suave.

—Miguel, lo siento. Yo solo quería quitármela de encima, no quiero problemas— dice aterrada, puedo ver como lucha contra las ganas de llorar. Intento acercarme y retrocede encogiéndose en su lugar.

Maldigo, joder que le hicieron a esta pobre chica. Suspiro, paso las manos por mi cabello desordenándolo.

— Esta bien, entiendo, solo no caigas en su juego. Son putas, Lena, y te aconsejo aléjate es mierda que no necesitas y yo tampoco. Solo aléjate de ella.

Asiente, todavía puedo ver ese miedo en sus ojos.

—Lo prometo, Miguel.

Suspiro, una idea pasa por mi cabeza, antes de arrepentirme, digo:

— Prepárate salimos en cinco.

Salgo de la cocina dejándola confundida, camino parando al frente, me da una sonrisa que solo un idiota creería. Entorno los ojos.

—Espero que aprendas cuál es tu lugar, eres una puta Leah, solo eso. Así que yo me pensaría mejor lo que sale por mi boca; porque no tengo ningún jodido problema en echar tu culo usado a la calle.

Aunque suene cruel es la verdad, le doy una mirada censura antes de marcharme.

Cuidando De Ella✔Where stories live. Discover now