♠•Capítulo 15•♠

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Una traición deja de ser una traición cuando la “víctima” utiliza una piel de cordero para manipular todo a su conveniencia maligna y dañar por debajo del agua sin que nadie lo note, cual serpiente venenosa.

Una sinfonía de gemidos se escuchaban en aquella habitación de hotel lujoso, claro porque los artistas siempre frecuentaban los mejores lugares, incluso aunque solo se trate de un encuentro sexual.
El golden maknae entraba con furia en Ji Eun, buscando su propio placer y aunque es cierto que siempre estuvo anhelando este momento con ella, el cual imaginó romántico y también mágico, pero ahora al estar viviendo aquel anhelo, se sentía decepcionado grandemente. Nada era como se había ideado en su mente.

El cabello negro y lacio de la asiática estaba totalmente extendido en la cama, este no era muy largo pero si bonito. Su desnudez le permitía al chico observar su blancuzca y pálida piel, además de delinear con las manos la figura de ella y poder tocar los muy notables huesos que tenía en cada extremo del cuerpo.

No era tan bella...definitivamente ya no lo era...

Aquel pensamiento inundó la cabeza del maknae y poco a poco se convencía de aquello, por lo que empezó a buscar la manera más rápida de terminar con esto e irse de una buena vez.
No solo el hecho de que ya no le gustara físicamente impulsó a Jungkook a alejarse del cuerpo de la chica, sino que también ella en ningún momento le trasmitió algún sentimiento amoroso, cálido o siquiera pasional.

—Jungkook, estoy apunto —le avisó la chica y simultáneamente cerraba los ojos para disfrutar aquella sensación tan esplendida.

Él no respondió, limitándose simplemente a continuar con su trabajo hasta que por fin les llegó un oleada de placer. Bueno, en realidad más a ella. Jungkook derramó todo su esperma sobre el vientre de la mujer pelinegro.

—¿Por qué no acabaste dentro? —lo observó con intriga.

El chico titubeó por unos segundos, no  encontraba las palabras precisas para expresarse y no herir los sentimientos de Ji Eun, por lo que optó en solo persuadirla de que aquello no tenía importancia.

—Supuse que no te cuidabas —respondiendo eso, se salió de ella. Enseguida se recostó a un lado y miró el techo sin expresión en el rostro, en ese instante su mente se sumergió en una profundas lagunas del olvido.

—Por supuesto que me cuido —le contestó la pelinegro inmediatamente.

—Entonces si te cuidas, quiere decir que sueles tener este tipo de encuentros, ¿No es así? —la pregunta que lanzó al aire provocó que la chica se pusiera tensa y aquello lo extrañó, porque de cierta manera su repentino gesto afirmó lo que suponía y verdaderamente eso era una sorpresa para él. Jamás creyó que Ji Eun fuera una mujer que llevara una vida un tanto, ¿Cómo decirlo? Modo aventurera quizá. Ella era una mujer libre pero nunca la creyó capaz de eso.

—Llegué a pensar que eras un incrédulo, Jungkook. Ahora me doy cuenta de que no es así y me da gusto. Respondiendo a tu patética pregunta. Claro que me acuesto con otros; bueno, con quién se me antoje —descaradamente dijo la pelinegro soltando una leve risilla de diversión.

El golden maknae saltó de la cama, no creía que la mujer fuera tan cínica para decir todo de aquella forma ¿Cómo es que había estado enamorado de alguien hací?

—Eres una zorra, Ji Eun —atacó el joven en cuanto la encaró.

—Eres un idiota, no te atrevas a llamarme así cuando apuesto a que tú haces lo mismo ¡No seas un machista de mierda que piensa que las mujeres no podemos hacer lo mismo que un hombre! ¡Soy libre y puedo hacer con mi cuerpo lo que se me venga en gana! —aun desnuda la pelinegro también salió de la cama para enfrentarlo.

El Perfeccionista [Park Jimin]Where stories live. Discover now